El centrocampista alicantino viene a reforzar una posición mermada por las lesiones
09 sep 2016 . Actualizado a las 14:45 h.El Sporting ya tiene, al fin, su once. Pero de fichajes. Después de más de dos meses de negociaciones infructuosas con primeras opciones, y con segundas, el Sporting presenta a Xavi Torres, undécima incorporación después de más de dos años sancionado, para completar la medular. El centrocampista alicantino aterrizó en Asturias la noche del lunes, casi de incógnito y acompañado de Nico Rodríguez, para reforzar una zona que pocos días atrás se encontraba desierta. Xavi Torres no oculta su satisfacción: «es un privilegio poder estar aquí, y poder contribuir a cumplir lo antes posible el objetivo».
Con una sonrisa perenne, después estar descartado por el nuevo entrenador bético (Poyet) y tener que abandonar un equipo del que era capitán, Xavi Torres se muestra feliz y orgulloso. «Me atrajo la dimensión de este club tanto a nivel nacional como internacional", asegura. Además, reconoce que le hubiera gustado poder llegar antes al Sporting. El domingo empieza la Liga y tiene hoy sus primeros entrenamientos con el primer equipo. «Mi situación allí no era fácil y tenía contrato en vigor», afirma.
Dilatada trayectoria
El pivote alicantino viene con el aval de la experiencia a uno de los equipos más jóvenes del campeonato. La temporada pasada la inmensa mayoría de jugadores debutaban en la máxima competición, únicamente Lora y Canella superaban la barrera de los 100 partidos en la élite, y uno de las peticiones de Abelardo era buscar veteranía con jugadores con minutos en la Liga para poder administrar distintas situaciones de partido y campeonato. Xavi Torres- ex Málaga, Levante, Getafe, o Betis-, tiene 29 años, más de 140 partidos a sus espaldas y debutó en la Liga hace más de siete temporadas. No es un guaje.
Zona desierta y foco de tensión
El fichaje de Xavi Torres viene a cubrir una zona que hasta hace pocos días estaba desierta. Las salidas de Omar Mascarell y Alex Barrera debilitaron un sector que ya de por sí había sido uno de los mayores dilemas para Abelardo. Además la intensa carga de trabajo, algo habitual en la pretemporada rojiblanca, y la suerte - la mala suerte concretamente- se cebaron con todos los integrantes de la medular, especialmente dolorosa resultó la lesión de Sergio Álvarez, y acabó por ir minando los nervios del técnico gijonés.
Hasta la última semana de preparación el discurso de Abelardo era unidireccional. El entrenador gijonés quería un «refuerzo de nivel» para acompañar a Sergio en la medular. Primero se sondeó el entorno del asturiano Javi Fuego, pero sus pretensiones económicas eran un imposible. Más tarde se valoraron cesiones de clubs de mayor empaque, como la de Samper o Marcos Llorente del Barcelona y Madrid, pero Abelardo buscaba experiencia y no quería experimentos con gaseosa. Las lesiones además incrementaron el malestar del técnico asturiano que en el último ensaño de pretemporada tuvo que probar con Meré como pivote.