Pablo se queda sin entrada para Riazor

Josu Alonso
Josu Alonso GIJÓN

SPORTING 1905

Josu Alonso

Un socio minusválido del Sporting no puede viajar A Coruña porque el Deportivo no le vende localidades. La entidad rojiblanca tampoco le ha ofrecido ninguna solución ni ha tratado de mediar

30 sep 2016 . Actualizado a las 16:01 h.

El próximo sábado una nueva Mareona de miles de rojiblancos inundará Galicia. Escenas de rojo y blanco en lugares tan emblemáticos como la Plaza María Pita volverán a ser una de las señas de identidad de la afición asturiana. Sin embargo, en ese viaje no estará Pablo Blanco. Se trata de un joven abonado de 28 años que desde hace 8 vive sentado en una silla de ruedas por culpa de un accidente de coche.

Pablo, al igual que muchos aficionados, decidió hace algún tiempo que viajaría a Riazor. No era la primera vez que decidía desplazarse a alguno de los campos de España a los que viaja su equipo. Ahí empezaron los problemas. «Como el Sporting no pone a la venta las entradas para minusválidos para viajar a un campo rival me puse en contacto con el Deportivo de la Coruña y les pedí si me podían reservar una entrada», explica. La respuesta de la entidad gallega fue negativa. «Me dijeron que la zona de abonados estaba llena que no disponían de entrada para minusválidos». Hasta aquí todo normal. El problema surge cuando el joven plantea alternativas. «Comenté si me podían reubicar en otra zona: una boca de las gradas, un pasillo, una esquina? y me dijeron que de ninguna manera. Entonces les plantee que sucedería si me plantaba allí con una localidad normal y me respondieron que no iban a permitirme la entrada».

Resulta llamativa la historia, sobre todo, cuando en otros estadios no sucede esto. Por ejemplo, una imagen recordada es la de ‘Trulli’ a pie de campo en Balaídos hace algunos años. De hecho, el propio Pablo tuvo más suerte en otros campos como Anoeta donde le plantearon posible soluciones aunque finalmente no hizo falta. «El año pasado fui a San Sebastián y llamé previamente para exponerles mi situación. La Real Sociedad sí se portó porque me dijeron que si iba y no disponía de una entrada me reubicaban en otra zona. Tuve suerte y cuando llegué había localidades para comprar».

Cuestión de voluntades

El Deportivo no puso ningún tipo de facilidad para solucionar el problema pero lo cierto es que el Sporting tampoco fue capaz de estar a la altura. Pablo cuenta cómo primero envió un correo electrónico sin éxito. «Todavía estoy esperando a que me contesten» con lo que decidió descolgar el teléfono y llamar a la oficina de abonados. «Hable con una chica y le pregunté si había posibilidad de que se pusieran en contacto con el Deportivo a lo que me contestó afirmativamente pero me dijo que no iba a servir de nada, que mejor lo dejáramos así».  

Más allá de una entrada para un partido de fútbol este aficionado rojiblanco pone de relevancia la problemática existente. «¿Porque el Sporting no se puede poner en contacto con el otro club y decirle que hay una persona que solicita una entrada de minusválido y si se la pueden reservar?», se pregunta Pablo. «El Sporting de eso no se ocupa», lamenta tras un silencio. Incluso va más allá. «Las entradas normales se pueden comprar por Internet pero este tipo de localidades no se pueden adquirir a través de la red». En un mundo globalizado como el actual parece casi una utopía que los clubes todavía tengan esta asignatura pendiente. 

Para Pablo la solución es fácil y no requiere de grandes análisis. «Si hay voluntad no es ningún problema». Este abonado deja también una reflexión para el final. «Estoy acostumbrado a tener dificultades pero cuando ves que es una cosa que se puede arreglar fácil te sientes impotente». Una frase que da que pensar a quien corresponda, sobre todo, cuando a las nueve menos cuarto miles de rojiblancos inunden Riazor. Entre ellos no estará Pablo