Qué mejor momento que una semana sin liga para contar una de vaqueros. Como dirían los más viejos del lugar.
Un 29 de Agosto de 2009, a las 11:30 de la mañana y con cuarenta grados a la sombra iniciaba la competición liguera el Sporting B, en Badajoz, en el campo del Cerro Reyes.
En el minuto 78 de partido, Abelardo, que por aquel entonces era entrenador del filial, decide realizar el último cambio de los tres disponibles, retirando del campo a un servidor y dando entrada a un chaval de 17 años que había subido esa semana del juvenil a entrenar con nosotros. Flaco, espigado y con una apariencia enclenque que tardó sólo doce minutos en disipar. Hoy, aquel chaval de 17 años es, estados de forma aparte, la pieza sobre la que gira y deberá de girar durante muchos años este Sporting.