Quini, el lado más desconocido de El Brujo

Jo su Alonso GIJÓN

SPORTING 1905

Quini
Quini Real Sporting

La figura de Enrique Castro se desglosa a través de imágenes inéditas tanto en su etapa en el Sporting como en la selección española. A lo largo de Conexión Vintage, el especial de Teledeporte arroja a la luz datos y testimonios hasta ahora no conocidos sobre el futbolista.

28 oct 2016 . Actualizado a las 13:20 h.

Hablar de Quini es hablar de historia viva del fútbol español. Máximo Pichichi con 5 trofeos en Primera y dos en Segunda pocas son las generaciones que no han escuchado las andanzas futbolísticas de El Brujo. Un jugador al que nada se le ponía por delante en una época donde el fútbol español era un deporte más cercano y menos mediático que en la actualidad.

«Es un fenómeno. La gente sabía cómo jugaba. Tengo tantas anécdotas... Nos reíamos mucho porque era muy bromista. En las concentraciones tenías que andar con cuidado porque en cuanto podía te la liaba». Quién habla es Enrique Morán, amigo de Quini y compañero durante cinco temporadas en el Sporting y tres en el Fútbol Club Barcelona. Es uno de los testimonios que aparece en el primer capítulo de la serie de cuatro preparada por Teledeporte.

Ese arranque del especial da a conocer imágenes e historias hasta ahora desconocidas salpicadas con declaraciones del propio protagonista. Por ejemplo las de 1972 cuando durante un Irlanda - España George Best le rompió el pómulo izquierdo y tuvo que ser operado en Madrid, incluso pensando en la retirada. «Desgraciadamente es la primera vez que veo un partido por televisión», aseguró ante un Gijón - Granada desde la habitación del hospital. Porque en aquella época era el Gijón, concretamente el Real Gijón.

Profesional industrial

Quini fichó por el Sporting en diciembre de 1968. Pero hasta llegar allí hubo una carrera de fondo. «Es un futbolista echo a sí mismo. Esta gente ha cultivado el talento a base de trabajo. Uno de sus rasgos es su volea unida a un buen remate de cabeza y eso sólo se consigue con esfuerzo. Quini es Ensidesa. Podríamos decir coloquialmente que es un producto industrial que a base de mucho trabajo se hizo goleador y llego a alcanzar el éxito». Son palabras del director de deportes de la Agencia Efe, Luis Villarejo.

Estas declaraciones las acompaña una anécdota que cuenta Morán. «Un día en Mareo Ferrero por la izquierda y yo por la derecha le poníamos balones desde las bandas y los iba colocando a cada lado. La gente subía a verle a él. No saltaba mucho pero tenía un giro de cuello de gran calidad y te la colaba».

Una de las grandes referencias de El Brujo fue Colunga. Con él se jugaba la merienda por las tardes. Incluso en una ocasión que perdió fue hasta casa y volvió con un pedazo de pan y dos onzas de chocolate para saldar su deuda. Así era Quini, todo bondad. «Cuando íbamos a jugar fuera lo normal si te cambiaban era que la afición te pitara. Recuerdo cómo me pasaba a mí. En su caso era lo contrario, la grada le aplaudía", cuenta su compañero de vestuario.

Un 8 de febrero de 1970 Quini debuta en un Sporting - Osasuna, primer partido televisado en Segunda División. El Brujo no consiguió anotar pero si participó en los goles. El partido acaba con un 3-0 y el segundo tanto procede de un rechace tras remate del asturiano. sin embargo, los goles no tardarían mucho en llegar. En la siguiente temporada 1970/1971 serían los dos primeros. Un Gijón - Sabadell (3-2) jugado en octubre sería el marco. Quini fue el autor del primero y el tercero. «Nunca se quejaba y transmitía seguridad a los compañeros. Era un hombre gol y si no estaba lo echabas de menos». Morán incluso revela porque le llamaban El Brujo. «Aparecía cuando menos lo esperabas». A esto se suma que «era muy listo dentro del área. Tenía mucha intuición y una gran visualización del juego», añade Villarejo.

Una imagen para el recuerdo de aquel choque es la entrega en el descanso del encuentro del presidente del Centro Asturiano de México al presidente del Real Gijón de una bandera de plata por el ascenso a Primera. Quini cerró aquella campaña con 13 goles y el equipo se mantuvo en la élite seis temporadas. Villarejo recuerda uno de los grandes momentos de Quini en una imagen que ha pasado a la historia. «El golazo que marcó en Vallecas de volea. Se hablaba mucho de uno de Van Basten pero este es inolvidable. Fue un jugador modélico y premia a esa cantera que hay en muchos equipos de España», apunta el director de deportes de la Agencia Efe. 

Kubala, un 'padre' futbolístico

Su buen hacer con el Sporting no pasó desapercibido y recibió la llamada del seleccionador Ladislao Kubala. «Para mí fue como un padre», confiesa Quini. «Estamos hablando de una época donde todos los equipos tenían sus delanteros centros. Era lógico que a mí no me llamaran siempre». Con esa naturalidad explica el Brujo su paso por la absoluta. Fueron 35 encuentros con 13 goles. Participó en los Mundiales de Argentina 1978 y España 1982 y la Eurocopa de Italia en 1980. Una de sus grandes actuaciones tuvo lugar en 1974 cuando en un Escocia -España clasificatorio anotó tres goles pese a que uno de ellos fue anulado.

Quini peleaba en aquella época con el mejor Carlos Santillana, la última etapa de Satrústegui o los jugadores del Barça. «Un tío asturiano que salga del Sporting, llegue a lo más alto, sea Pichichi e internacional es para ponerlo en los libros porque estamos hablando de un mito del fútbol español», apunta Villarejo. El trabajo dirigido por Paco Grande también aporta escenas graciosas como Quini jugando a las cartas o la rana durante una concentración o las sevillanas que protagoniza con Gordillo, Juanito y Zamora durante el mundial de España 1982. El Brujo pone las palmas, la gracia Gordillo. La escena junto a un jovencísimo Quique Guasch acaba entre risas.

Para el siguiente capítulo queda uno de los templos sportinguistas por excelencia, Casa Aurora, los goles de Quini y, sobre todo, su entrevista más personal. Ello junto a imágenes del vetusto Molinón con carteles publicitarios de Estrella de Gijón o Calvo. Como dice la canción de Los Maurizios, eran las tardes del Sporting de antes y las que nos quedarán por vivir.