Artículo de opinión
10 jul 2017 . Actualizado a las 08:37 h.Más allá de los números referentes a tácticas, fichajes, bajas, renovaciones,...un factor vital para sobrevivir al descenso a Segunda División es cambiar la mentalidad del vestuario y del entorno. El Real Sporting de Gijón debe pasar de ser un equipo perdedor a uno vencedor. El proceso comienza hoy, 10 de julio de 2017 con Paco Herrera al frente.
Poniendo casos muy visibles. Mourinho es un claro ejemplo de entrenador que un club contrata cuando necesita instaurar una nueva mentalidad ganadora a su institución, otra cosa es cómo suelen ser sus salidas o que no siempre lo logre al 100%. Volvió a situar al Porto en lo más alto de Europa; convirtió al Chelsea en un dominador de Inglaterra en dos etapas; le dio la vuelta a un Inter en mitad de un Calcio venido a menos; llegó a Madrid para combatir la era Pep-Messi y devolverlos a las rondas finales de Champions; y ha firmado por el United para dominar como en los años 90. Siguiendo ese ejemplo, el propietario del PSG siempre ha comentado que el gran motivo del fichaje de Unai Emery era el de convertir a los hombres de París en un grande de Europa después de su reinado en la Europa League, donde demostró una enorme facilidad para superar las rondas eliminatorias continentales.
Aunque Paco Herrera haya ganado una Champions League como ayudante del Liverpool de Benítez, es evidente que está lejos de esas figuras, pero también lo están los rojiblancos, que competirán en Segunda División. Precisamente en ésta categoría, el ex del Valladolid batirá en el banquillo de El Molinón el récord de jornadas dirigidas en la historia de la segunda española.
Desde 2010, Herrera ha subido al Celta de Vigo a Primera; fue incapaz de reconducir a un Zaragoza venido a menos; subió a Las Palmas; y dejó al Valladolid con uno de los topes salariales más bajos de la competición a un palmo del Playoffs, donde habría llegado si algún jugador como Juan Villar no se hubiese borrado en el tramo final pensando ya en su nuevo club.
Torrecilla es más consciente que nadie de que el fútbol es un juego en el que existen mil variables, pero pocos conocen las de Segunda como el señor Herrera, ni tienen su carácter. Su primer reto será devolver la ilusión por ir a El Molinón a jugadores y aficionados, como en su día lograron algunos de sus predecesores; para eso le han llamado.