Artículo de opinión
09 oct 2017 . Actualizado a las 20:59 h.¿Está jugando mal Carlos Castro? sí, ¿su actitud es mejorable en ocasiones? también, ¿los pitos le harán mejorar? está claro que no.
El Real Sporting de Gijón ha hecho una fuerte apuesta mejorando y renovando el contrato del delantero asturiano hasta el año 2.022 durante el pasado verano, por lo que el entorno rojiblanco debería remar en la misma dirección, al menos como mínimo en el transcurso de los encuentros. Lo mismo se podría decir sobre Borja Viguera, el otro jugador de la escuadra norteña al que parte de los aficionados están pitando desde que salta al terreno de juego.
Con la recolocación de Michael Santos en el costado izquierdo, ambos jugadores son la principal opción de Paco Herrera para sustituir a Stefan Scepovic en el frente ofensivo, salvo que existan cambios en la planificación durante el próximo mes de enero, donde se espera la llegada de un futbolista de banda y la salida de algún nombre poco habitual en las alineaciones.
De modo que tal como han reconocido de forma pública el propio técnico y Miguel Torrecilla, el objetivo a corto plazo pasa por recuperar para la causa a Carlos Castro y Borja Viguera, porque la temporada será muy larga y en sus botas puede estar el ascenso a Primera División. De hecho, si el de Ujo hubiese anotado su penalti del pasado sábado, a esta hora el Sporting ocuparía la segunda plaza de ascenso directo al ganar el golaverage general al Numancia, al que se le remontaron 6 goles durante la jornada.
Sigamos el camino que marcó el director deportivo cuando fue consultado por los pitos al canterano: "Castro todavía no tiene la madurez futbolística y está por encontrarla, lo que está muy claro, y es uno de los objetivos, es que Carlos asuma la competencia y el tener por delante a otros jugadores. Me consta que está poniendo todo de su parte y Paco le va a ayudar a ser el jugador que quiere todo el sportinguismo".
No pitemos a Carlos Castro y dejemos trabajar a los profesionales, al menos hasta que sea el momento de poner las notas finales, puesto que la división solo ayudará a los rivales.