Analizamos desde el punto de vista estratégico el partido de Paco Herrera
06 nov 2017 . Actualizado a las 00:19 h.Insuficiente, 3.5
Ya desde hace bastantes partidos se lleva notando que en el Sporting algo no funciona. El sábado se pudo ver en Reus las carencias de un equipo que aspira el año que viene a estar en Primera División. Paco Herrera, como de costumbre, sacó un 4-2-3-1, con casi los mismos once hombres, a excepción de Canella por Isma.
Aspecto táctico
Si bien es cierto que el estado del terreno de juego hizo casi impracticable la practica del fútbol, López Garai, técnico del Reus, le ganó el pulso a Paco Herrera. El vasco conoce al míster rojiblanco muy bien, demasiado. Tanto que con una plantilla económicamente inferior, fue capaz de frenar a un Sporting que pasó de puntillas por Tarragona.
El Sporting, salvo algún fogonazo, no supo llevar la manija del encuentro. Tanto Sergio como Bergantiños -que fue el mejor del equipo- no fueron capaces de frenar las contras catalanas. Y fruto de una contra, llegó la falta de Barba que costó el partido. Gus Ledes marcó ante la estatua de Mariño.
Aspecto físico
Pero si hay algo en lo que el Sporting suspende es en el plano físico. El Reus corrió hasta 15 kilómetros más que el Sporting. Y eso, en una categoría como la Segunda División, es sinónimo de mucho trabajo por hacer. David Chorro, preparador físico del equipo, tiene que ponerle las pilas a la plantilla.
Los cambios
Fueron bastante cuestionados por la parroquia rojiblanca. Nadie -salvo Paco- entendió que el terreno estaba impracticable, y que la única manera de rascar algo positivo de allí era jugar al balonazo. De hecho, sí se hizo, pero no había nadie para remachar. Ni la entrada de Moi, ni la de Castro, ni la de Isma López valieron para que el Sporting rematase a gol.
Era el partido perfecto para Scepovic y Paco Herrera lo dejó en el banquillo. Ahora el Sporting tiene que ganar los tres siguientes partidos si no quiere que se le escapen sus competidores. No puede dar un paso atrás.
