Viguera mató al alcalde

Andrés Menéndez GIJÓN

SPORTING 1905

Viguera
Viguera

Artículo de opinión

17 nov 2017 . Actualizado a las 17:28 h.

Se ha llegado a un punto en el que todo da igual: la culpa es de Borja. Si se pierde es por él; si se gana, y está sobre el verde, tiene el doble de mérito. Como el «show» de Douglas. Su silencio tampoco le beneficia. Cuánta más sangre, y más roja, mayor es el espectáculo. Sus actuaciones, discretas, alimentan el ansia de los mediocres que buscan en el riojano un escudo sobre el que lanzar las frustraciones de la semana. Todos sus críticos coinciden en un extraño punto en común: es malo, horrible, pero tiene la peculiar capacidad de contagiar sus torpezas a todo el equipo.

Es casi hasta místico. Perder en Los Pajaritos, con una imagen difícil de analizar, es culpa de Borja. Ganar al Almería, en un partido gris y con el riojano de titular, es un hito. El veintiuno, Viguera, estaba ahí. Da igual que juegue mejor o peor porque él, sin saberlo, ya ha jugado. Y, cómo no, lo ha hecho mal, fatal. 

Como acabará por salir, estaba escrito desde el principio, nada importa. Ni el respeto. Que Viguera no es un virtuoso ya lo sabe todo el mundo. Que meterse con él es muy fácil, lícito y un recurso casi obligado pues también. El pueblo no lo sabía pero ahora ya lo sabe: si no hay ascenso, que puede no darse, la culpa será de Paco y también de Borja. De uno por ponerlo y del otro, como siempre, por intentar jugar. Siempre es más fácil disparar cuando sabes que la bala no regresará. Y Viguera, para Gijón, mató al alcalde.