La Pizarra: Herrera camina sobre terreno pantanoso

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Paco Herrera durante el partido ante el Almería
Paco Herrera durante el partido ante el Almería LaLiga

Mal partido del Sporting ante un Valladolid que llevó en todo momento el peso de partido

13 nov 2017 . Actualizado a las 23:19 h.

Nota: 2, insuficiente

El Real Sporting salvó un punto el pasado domingo de El Molinón tras un desastroso partido de los de Paco Herrera. Un punto que podría haberse convertido en ninguno si no es gracias a una actuación estelar del portero rojiblanco Diego Mariño. El gallego lo frenó casi todo, excepto un testarazo inapelable de Luismi que se colaba en la meta sportinguista. 

Lo cierto es que el empate cosechado ante el Valladolid tuvo sabor a derrota. Tanto la lesión prematura de Sergio Álvarez, como el gol de Luismi en el último cuarto de partido, parecían la crónica de una muerte anunciada: un equipo donde el avilesino es pieza clave, y sin su juego, el Sporting no juega a nada.

Planto táctico

La idea original de Paco Herrera era utilizar su ya clásico 4-2-3-1. Sin embargo, el cambio obligado de Sergio durante el calentamiento del partido hizo que revolucionara el once. Canella entró por el avilesino, y, en teoría, Isma ocupaba esa posición de mediocampista con Bergantiños. El equipo estuvo perdido durante la primera parte. El conjunto castellano poseía el control absoluto del juego. Sólo algún contraataque bien tejido, donde el Sporting generó mucho peligro, salvó a un equipo que no le da para hacerlo más bonito.

La segunda parte comenzó con la misma tónica de la primera: control absoluto del Valladolid y el Sporting buscando alguna contra que pudiera matar el partido. No se consiguió. Tanto Santos como Scepovic marraron sendas oportunidades solos contra el portero. El uruguayo la tuvo a la altura del punto de penalti, tras un excepcional pase de Isma López, pero Santos marró la oportunidad. Su compañero, Stefan, tampoco pudo aprovechar el regalo pucelano, que le dejó sólo ante Masip, el cual desbarató ambas ocasiones.

Plano físico

Al equipo se le vio muy cansado. Prueba de ello fue la constante presión que ejercieron durante el partido para intentar robar el balón. Santos, por ejemplo, acabó totalmente vaciado. Sin embargo, algunos espectadores recriminaron a Scepovic que no corriera o presionase lo suficiente durante su estancia en el verde. Y razón no les falta. Al serbio se le vio distante, metió el gol y desapareció

Otro caso parecido al de Scepovic fue el de Moi Gómez. Comenzó enchufado el partido pero poco a poco se fue apagando. Si bien es cierto que al alicantino le favorece un sistema donde prevalezca la posesión de balón, el estar todo el rato detrás del cuero le cansó muchísimo.

Los cambios

Las sustituciones de Paco se pueden resumir en tres palabras: tarde, mal y nunca. El primero de ellos, la entrada de Carmona, fue en el minuto 75, justo después de que Luismi pusiera el 1-1 en el marcador. El balear estuvo peleón, como siempre. Tuvo garra y la afición le apremió. El segundo fue la entrada de Pablo Pérez, quien tambien estuvo luchador pero al que la mala suerte y los pocos minutos disputados le están haciendo un flaco favor. El tercer y último fue la entrada de Rachid. Paco Herrera no pudo escoger peor partido para hacerle debutar. Sin minutos previos, fuera de la convocatoria, y en un partido en el que el Sporting no olía la bola.

El entrenador rojiblanco esperó demasiado para hacer los cambios. Esperó tanto a que su plan maestro, que consistía en achicar sus continuas llegadas pucelanas hasta el final, salió mal. Y pudo ser peor de no ser por Diego Mariño, que se volvió a lucir.