Un punto y gracias

Josu Alonso
Josu Alonso GIJÓN

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Barba LaLiga

El Sporting se deja dos puntos ante un Valladolid que fue mejor

13 nov 2017 . Actualizado a las 20:33 h.

El empate ante el Real Valladolid puede verse como un mal menor a tenor de como fue el partido. No hubiera sido un escándalo que los de Luis César Sampedro se llevarán los tres puntos del municipal gijonés ante un público cabreado y que solo contaba los minutos para llegar al 90. Porque el Sporting se desinfló. Lo hizo como un globo que tiene pequeñas fisuras y que va perdiendo fuerza a medida que pasa el tiempo.

El inicio fue prometedor pero se quedó en eso porque a este equipo le falta empuje ofensivo. No se puede ir por delante en el marcador y perdonar ocasiones porque eso, a la larga, te acaba matando. Y los de Herrera personificaron esa máxima del fútbol a la perfección. Dos ocasiones que se estamparon contra el portero mientras la grada no daba crédito a lo que veía. Sin embargo, los problemas de los rojiblancos no llegan únicamente en el ataque. Casi desde el principio la debilidad defensiva fue patente. Las bandas eran un filón para el conjunto pucelano que aunque no encontraba rematadores, sí dejaba entrever la idea que tenía sobre el encuentro. Resulta además preocupante que la mayoría de los segundos balones los gane el visitante.

El equipo es muy blandito y este no era un domingo cualquiera después de que el Granada hubiera pinchado, sorprendentemente, ante el que era el colista de la categoría y los de arriba hubieran resuelto sus partidos con victoria. Tiene razón Herrera cuando dice que «intentamos mandar en el juego pero, por la circunstancias que sean, no nos da». Sin embargo, debería ser consciente de que si el equipo no da debe asumir su cuota de responsabilidad. Este plantilla la han confeccionado mano a mano entre el técnico y el director deportivo y si hay errores alguien deberán asumir los costes porque una temporada más se ha vuelto a traer a un número importante de futbolistas y las cosas no salen. La afirmación que acompaña «y yo sé porque es» tampoco ayuda. No vale tirar la piedra y esconder la mano y eso es con lo que no comulga la grada.

Hubo un momento de luz cuando el equipo adelantó las líneas y comenzó a presionar la salida del balón de los pucelanos. Fue un espejismo porque pronto volvió a las andadas. Los rojiblancos empezaron a hacerse pequeños, a regalar pases y cuando el mejor de tu equipo vuelve a ser el portero es un problema. Es una dinámica que se viene repitiendo en los últimos choques. Mariño no puede liderar el equipo porque eso únicamente denota los problemas a nivel defensivo y ofensivo. El guardameta debe pasar desapercibido y últimamente el gallego no está en ese papel.

«El Herrera este vaya paquete», decía un aficionado que abandonaba el estadio un par de minutos antes del final del encuentro. Enfadado reflejaba lo que sintió gran parte de la grada al término del encuentro. Herrera tiene la obligación de redirigir esta nave y si lo que hay no vale habrá que empezar a tomar decisiones. ¿Por qué no se dan oportunidades a los chavales del filial? Está muy bien mirarlos pero la evolución de un jugador llega (o no) cuando se le dan minutos y lo pruebas porque el Sporting ahora mismo está sin fondo de armario. Hay una cosa que el sportinguista odia por encima de todo: que le vendan la moto. Y la gente se está empezando a cansar.