«Herrera debe dimitir si no gana el domingo»

Alejandro Vigil Morán

SPORTING 1905

Herrera
Herrera

Artículo de opinión

28 nov 2017 . Actualizado a las 19:07 h.

Si el Real Sporting de Gijón no vence al Real Zaragoza el próximo domingo en El Molinón, la racha negativa se irá hasta un único triunfo rojiblanco durante las últimas ocho jornadas.

Una racha muy alejada a la de un candidato serio al ascenso a Primera División, ese objetivo que se prometió a los abonados sportinguistas a la hora de retirar de forma masiva su recibo. Se trata de unos números con los que clubes inmersos en la pelea por la permanencia en LaLiga están realizando despidos, pese a que cada temporada está resultando más "barato" conseguirla.

Pero ese no es el gran motivo para que Paco Herrera deba presentar su dimisión en caso de no enderezar el rumbo, lo es el hecho de que la involución del proyecto deportivo es inversamente proporcional al tiempo que lleva recorrido. El juego y los automatismos son todavía peores a lo que indican los resultados. Es decir, en la primera jornada, el técnico aseguró que le habría gustado disponer de dos semanas extra para poder realizar una serie de ajustes. Posteriormente, se ganaban puntos de una forma u otra, pero no se jugaba "redondo" como él deseaba; más tarde sabía dónde se fallaba, aunque no podía decirlo en público. Últimamente, la causalidad se centra en que no tiene a su disposición hombres para jugar bonito y llegan hasta donde llegan para competir contra clubes como el Cádiz, el Reus o el Albacete. Y mientras tanto, un continuo cambio de sistemas de juego, que en ocasiones ni siquiera han sido probados durante la reciente pretemporada.

El límite entre la variedad táctica y los llamados bandazos, ya se ha visto superado. Fruto de ello, cada jornada se puede observar como el rival de turno, sea cual sea, siempre maneja una serie de conceptos tácticos mínimos a nivel defensivo y ofensivo; como se suele decir, juegan de memoria. En el caso asturiano, no existen socios a los que asistir o en los que confiar a la hora de que te vayan realizar una cobertura defensiva, puesto que cada fin de semana te puedes encontrar a un compañero de alineación diferente, en una posición a su vez alterada.

Pasando de lo colectivo a lo individual, es complicado señalar qué jugador se encuentra en un estado óptimo. Toda la plantilla está jugando por debajo de sus posibilidades. El nombre más destacado hasta el momento estaba resultando el de Diego Mariño. Curiosamente el futbolista sobre el que menos incidencia por parte del primer entrenador suele existir, aunque en la última cita ya se haya comenzado a contagiar de la inseguridad de sus compañeros en las salidas de portería.

En su defensa se puede decir que la composición de la plantilla no es la que él habría firmado en el mes de julio. Sin ir más lejos, Herrera todavía sigue solicitando en sala de prensa el extremo puro que pidió durante el verano, así como los jugadores tienen un alto grado de responsabilidad en su juego. Sin embargo, suele ser más sencillo prescindir del entrenador que de la plantilla.

El bandazo final cual Pitu Abelardo

Si hubo un día que marcó los compases finales del entrenador asturiano fue el Real Sporting-Eibar que tuvo lugar en El Molinón a mediados de enero. Después de realizar una alineación sorprendente: dejando a Duje Cop en la grada; Babin en el banquillo con Lillo como zaguero central titular; apareciendo desde el banquillo Rubén, efímero fichaje del filial; cambiando de sistema de juego;...llegó su dimisión, tras un desesperado intento por reconducir una situación que se había escapado de sus manos.

Paco Herrera ha movido una ficha similar en Albacete, con una elección que ha sorprendido interna y externamente, pese a que trate de restarle importancia y relacionarlo con la baja por lesión de Sergio Álvarez. Es lo que ocurre cuando se te acaban las famosas teclas y las buscas donde parece acabarse el piano, el teclado o el mando a distancia.