«Apoyaré al Alavés de Abelardo»

Alejandro Vigil Morán

SPORTING 1905

Abelardo Tejada
Abelardo Tejada Alaves

Artículo de opinión

02 dic 2017 . Actualizado a las 14:12 h.

Aviso importante. No, no soy ningún fanático de Abelardo Fernández -posiblemente haya sido uno de los periodistas más críticos con él-, ni tampoco soy seguidor del Deportivo Alavés, pero ambos protagonistas fueron un factor importante en los dos últimos ascensos del Real Sporting de Gijón. Por consiguiente, a partir de ahora seguiré con atención sus evoluciones ligueras, después de que los dos hayan juntado sus caminos deportivos.

La sportinguista historia del asturiano es conocida por todos. Sin embargo, en ocasiones conviene recordarla por el amargo sabor que dejó en su última temporada en Gijón. Abelardo cogió las riendas de los rojiblancos al borde de la desaparición de la SAD como consecuencia de los constantes impagos y la habitual descapitalización deportiva como parte de ellos. Por ejemplo, a los pocos meses de llegar al cargo, el Pitu veía como su pareja de delanteros estrella, Dejan Lekic y Stefan Scepovic, hacían las maletas mientras se iba conociendo que ese verano no podrían llegar refuerzos. El Sporting había sido sancionado sin poder inscribir fichajes.

El técnico improvisó la planificación de su proyecto con jugadores que ya se encontraban en el vestuario y debían dar un paso adelante, así como otros nombres que fueron surgieron desde la cantera. Así nacieron los guajes invencibles de Abelardo, una escuadra que entró en la historia del Sporting después de conseguir el ascenso a Primera División con sólo dos derrotas, pese a trabajar sin cobrar sus sueldos al día y bajo la presión de saber que si no se conseguía el objetivo, la supervivencia del club estaba en el aire.

El año siguiente no fue muy diferente. La permanencia era clave para lograr la viabilidad del Sporting y los fichajes brillaron por su ausencia, salvo por los contados refuerzos -algunos gracias a sus contactos- que llegaron mediante un gran número de restricciones por parte de LaLiga. La patronal mantenía su sanción ante la mala gestión monetaria de la SAD. Si la dificultad no parecía suficiente, el destino quería que un pilar como el colombiano Bernardo Espinosa se lesionase de gravedad para la segunda vuelta al completo. Finalmente, Abelardo logró el segundo milagro consecutivo por el que merece el respeto, tanto de los abelardistas, como de los sportinguistas que no profesan el abelardismo.

También conviene recordar que si Abelardo tuvo la colaboración del Lugo y del Betis para cumplir sus milagros, Manolo Preciado contó con la ayuda del Alavés para derrotar a la Real Sociedad en la carrera por el ascenso. Los asturianos perdieron en su visita a Castalia en la jornada 41 y una épica remontada ganadora del Alavés, que en el minuto 91 perdía por 1-2 frente a la Real, permitía al Sporting llegar por delante a la jornada final. Bien es cierto que los vitorianos se jugaban la permanencia. No obstante, sin su colaboración indirecta todo podría haber cambiado para una SAD que ya tenía graves problemas de viabilidad económica por ese entonces.