Culpables

Josu Alonso
Josu Alonso GIJÓN

SPORTING 1905

Paco Herrera y Miguel Torrecilla
Paco Herrera y Miguel Torrecilla Real Sporting

El Sporting navega en círculos y sin rumbo fijo

09 dic 2017 . Actualizado a las 18:14 h.

La agonía del Sporting continúa. El último desastre, el vivido en Barcelona. Este equipo ni compite, ni planta cara a sus rivales. Lo preocupante no es que no gane a los de arriba, es que ni tan siquiera es capaz de insuflar miedo a los de abajo. Alguien podrá pensar que con el primer gol los rojiblancos trataron de implementar ritmo al partido. Solo fue un espejismo que duró 10 minutos.

Más allá de que a este once no lo reconoce nadie hay determinados jugadores que no deberían volver a vestir la camiseta rojiblanca. Uno de ellos, Quintero. El central colombiano no da la talla ni tan siquiera para ser suplente. Fuera de su posición permanentemente, perdiendo balones y, para colmo, con una cojera durante una buena parte del partido. Sobre esto último hay que mirar hacia el banquillo y preguntarse porqué no lo cambiaron cuando todavía había posibilidad y, sobre todo, habría que pedir explicaciones a quien lo trajo. Decía Torrecilla en su presentación que era un jugador contundente y agresivo. Lo primero ni de lejos; lo segundo podría ser vista alguna reacción fuera de lugar con algún futbolista del Barça B. En este equipo, también hay que decirlo, parece que una parte del vestuario está más preocupada de hacerle la cama al entrenador que de ganar partidos. Algo similar a lo que ya pasó en otras épocas en el Sporting. Véase Abelardo. Eso y apelar continuamente a la presión que rodea al equipo. Presión era lo que ejercía hace unos años El Molinón y no el cementerio que es en la actualidad.

Herrera habla de no dar con la tecla en la jornada 18. A un partido para el parón navideño es inconcebible esta afirmación. El equipo no carbura desde la derrota ante el Reus aunque las carencias ya se empezaron a ver en partidos como Huesca o Lorca en El Molinón. De los últimos 18 puntos disputados, el Sporting solo ha obtenido dos y eso son unas cifras más que pobres para un equipo que aspiraba a regresar a Primera. Los de Herrera tiene la misma distancia con el ascenso directo que con el pozo de Segunda B. La diferencia es que los rivales todavía no han jugado. Herrera ha pasado de contar con un margen de confianza por parte de la grada a que una amplia mayoría pida su destitución. Hay cosas que, ciertamente, no se entienden. Por ejemplo, la obsesión con poner a Viguera de titular o no incluir en la convocatoria a Adri Montoro, un lateral específico para la banda derecha ante la falta de efectivos.

El catalán acabará cesado, será cuestión de días. Sería un milagro que se sentara ante el Tenerife. No creo que la solución definitiva sea cargarse al técnico aunque es verdad que está desbordado. El caso más claro de que la paciencia existe se ha visto con Michel en el Málaga. Una historia similar a la de Herrera vivió Abelardo y las responsabilidades ante los problemas había que buscarlas más arriba. No se hizo y cuando el gijonés salió del Sporting, la primera batalla la ganó Nico Rodríguez. Ciertamente un error visto como acabó un director deportivo incompetente más preocupado de ver fantasmas donde no los había que de trabajar. En la situación actual, la propiedad ha decidido descargar la responsabilidad en Miguel Torrecilla. Lo justo sería que si Herrera tiene que salir del club, también debería hacerlo el salmantino. En la confección de esta plantilla la dirección deportiva incluso tiene más responsabilidad que el entrenador. Hay varias posiciones que Herrera pidió reforzar y no se le hizo caso. Torrecilla apostó por futbolistas como Quintero, Xandao o Alex López; jugadores que no valen o su presencia en el once ha sido nula. Y a todo esto el jueves la Junta de Accionistas. Buen momento para que la propiedad saque pecho y siga sin asumir que este club es un desastre.