Agorafobia

Andrés Menéndez GIJÓN

SPORTING 1905

Sporting
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El Sporting vuelve a las andadas y solo puede empatar ante el colista

17 feb 2018 . Actualizado a las 22:21 h.

El Pipo no es amigo de acertijos; lo que se ensaya en Mareo, se refleja en el verde. Ante la galopante crisis a domicilio, Baraja decidió reforzar la medular. El Sporting saltaba al Francisco Artés Carrasco con trivote, Santana de titular. La transformación rojiblanca no queda ahí. Baraja sorprendía con la ausencia de Rubén García y con la presencia del tocado Nano Mesa como delantero, con Santos acostado a la derecha. El Sporting volvió a ofrecer su peor cara, la que acostumbra a domicilio, y empató (0-0) ante el colista

Aprovechó el técnico las molestias del canario para aguantar la incógnita pero lo cierto es que en el último ensayo, el entreno del viernes, había trabajado con los mismos jugadores. Tal es la expectación que ha generado Alexander Mesa Travieso que el Pipo se ha permitido el lujo de desplazar al máximo goleador del equipo a la banda. Poco le importó a Rubén Baraja la fatal experiencia de Paco Herrera cuando, también, decidió diluir el nivel de Santos en un costado. 

Penalti y lesión de Nano Mesa

Salió el Sporting un tanto angustiado por la autoexigencia. Tenso, erguido, sin ideas. No tardó demasiado el Lorca en exhibir sus lamentos. Digard se tomó un respiro en el área, en la suya claro, y derrumbó, con una fuerza excesiva, a Mesa. El colegiado, Milla Alvendiz, no dudó: penalti. Tomó la pelota con mimo el dieciséis rojiblanco, Jony, pero Dorronsoro le ganó la batalla. La desgracia era doble cuando, tras dos intentos fallidos, Mesa, que llegaba entre algodones, tenía que ser sustituido por Rubén García. Mala pinta lo del canario.

El de San Cristobal de La Laguna se retiró con gestos de dolor y en camilla. Baraja devolvía a Santos su condición como referente y García pasaba a la diestra. Las siguientes tres acciones de Jony demuestran que ni un penalti errado mina su autoestima. Tras fallar los once metros, el zurdo, seguía encarando y asomando con peligro. El Lorca se conformó con aliarse con el tiempo. Solo aparentan algo de orgullo para repartir estopa.

Le bastó al Lorca para mangarle un empate al descanso al equipo rojiblanco y ponerle, de nuevo, con la cabeza hecha un lío. El Sporting es el equipo más emocional de la categoria; alegre, ofensivo y eufórico como local donde aplasta, casi sin sudar, a sus rivales y acomplejado a domicilio. Cuarenta y cinco minutos para vencer al peor equipo de Segunda. 

 Mariño evita el gol local

Tuvo que volver Diego a sacar dos manos de nivel. Canella ejerció de perfecto capitán para descubrir la doble cara del equipo. Lejos de El Molinón, el lateral, se transforma en su gemelo y ni sube ni baja. Tampoco estaba funcionando el trivote. Hasta Sergio estaba en modo avión: ausente.

 Viguera por Santana

No tardó Pipo en rectificar el invento. Baraja decidió recuperar a Viguera para salvar el desastre. Tenía que ser Borja, olvidado tantas semanas, el que salvara la peor cara del Sporting. Castro, por cierto, estaba en la grada. El riojano se situaba como mediapunta detrás de Santos.

El Pipo no fue capaz de cambiar el rumbo de un partido gris. El Sporting empezó y terminó sin ideas. No fue, como podría parecer, una manifestación equívoca de prepotencia sino de inercia y fútbol. Tampoco estuvo afortunado Baraja en el planteamiento del encuentro y en la gestión del mismo. Los jugadores deben dar una imagen global, e individual, superior si el objetivo es el que se pregona en cada comparecencia. Un empate insuficiente.

Alineaciones

Lorca: Dorronsoro, Peña, Pomares, Fede, Fran Cruz, Digard, Tropi, Ojeda (Ally Mallé min 77), Javi Muñoz, Brown (Villalibre min 55), Noguera.

Real Sporting: Mariño; Calavera, Álex, Barba, Canella; Sergio, Bergantiños, Hernán( Viguera min 60); Nano (Rubén García min 29), Santos y Jony.