La Pizarra en el Apocalipsis del Sporting

Alejandro Vigil Morán

SPORTING 1905

LaLiga

Análisis de opinión táctico sobre el Tenerife-Sporting

19 may 2018 . Actualizado a las 23:01 h.

Llegó la tercera derrota consecutiva, también de forma injusta en el computo global, pero que deja sin casi opciones de ascenso directo al Real Sporting de Gijón. Las lágrimas de algún jugador sportinguista son la viva imagen de la impotencia al acabar el encuentro. Es momento de asumir la batalla perdida, e intentar ganar la guerra aprendiendo de los errores para poder afrontar la promoción con las pilas cargadas.

Los rojiblancos estuvieron imprecisos, prueba de ello es que el futbolista con mayor porcentaje de acierto fue Álex Pérez, que no llegó al 60%. La ansiedad clasificatoria se notó también en ciertos "egoísmos" con el balón, el miedo a perder una ocasión de gol por arriesgarse a doblar el pase y que la robase el rival, fue algo que le ocurrió hasta al mismísimo Bergantiños en el área rival, todo un pivote defensivo acostumbrado a ser asistente y no finalizador de la jugadas.

Se podría decir que el Sporting jugó mal, aunque por corazón tuvo llegadas importantes y mereció al menos un punto en Tenerife. Los asturianos llegaron al descanso con 9 disparos, 6 saques de esquina provocados y la sensación de haber podido matar el partido en alguna jugada como el mano a mano de Santos, pasado el minuto 10. Por desgracia, en esta ocasión tampoco los rebotes favorecieron a los hombres de Baraja, que acumulaban a varios futbolistas en cada llegada.

La propuesta inicial

El técnico rojiblanco apostó por el llamado once de gala, que fue superior hasta el cansancio mental provocado por la ansiedad pudo con ellos tras el gol local. El Tenerife intentó sacar el balón jugado con una línea inicial de tres hombres muy separados para dividir a Michael Santos y Rubén García, como ya hizo el Barcelona B, pero esta vez estuvieron más agresivos e inteligentes que la pasada jornada, por lo que robaron más balones. Se notó una presión más trabajada, también en las funciones de Jony, Carmona y los pivotes, que barrieron muchos balones sueltos por estar bien colocados.

Gris Sergio

A nivel ofensivo, de Bergantiños, pero especialmente de Sergio, nublaron las ideas sportinguistas. El avilesino no está, necesita descanso.No obstante, con los contragolpes y los chispazos de calidad de los hombres de ataque fue suficiente para tener llegadas muy interesantes. 

Los cambios no ayudaron a la remontada

Hernán, entró por Rubén García para buscar la superioridad física en el mediocampo, dentro de un partido que se estaba volviendo loco. La intención era buena, pero se echó en falta la magia del hombre cedido por el Levante.

Nano, su excesiva ansiedad por hacerlo todo le dejó desconectado del partido. El equipo ya estaba bajando los brazos a su vez.

Pablo Pérez, salió al final del partido y lo intentó, pero el escenario ya no era el mejor para buscar sus asociaciones.

Balón parado

La estrategia ofensiva fue nefasta. El mayor peligro en un saque de esquina pasa porque el rival pueda realizar un contragolpe.

Nota final para Baraja y su cuerpo técnico

Suspenso. Ayer se estrenó su segundo entrenador, con Baraja sancionado, y aunque estuvo muy activo en la banda, la presión defensiva fue efectiva e intentó convencer uno por uno a sus jugadores de la remontada al descanso, no fue suficiente para ganar a un Tenerife cuyo único objetivo era contentar a su grada.