Análisis del Sporting: «Álvaro Jiménez, el traductor»

Luis Alcázar

SPORTING 1905

Álvaro Jiménez
Álvaro Jiménez LaLiga

Artículo de opinión

01 oct 2018 . Actualizado a las 19:13 h.

El fútbol consiste básicamente en dos cosas. Primero: cuando tienes la pelota, debes ser capaz de pasarla correctamente. Segundo: cuando te pasan la pelota, debes ser capaz de controlarla. Si no la controlas, tampoco puedes pasarla. Puedes jugar mucho, pero si no la metes, no ganas”.

El Sporting escenificó ayer el partido más completo de lo que va de curso. Puso Baraja sobre el tapete una nueva disposición, probada y sabida durante la semana, que ofrecía un nuevo dibujo táctico, nuevas piezas y algunas variaciones individuales clave. Con la salvedad de la indisposición de Babin durante el calentamiento, Alex Pérez acompañó al francés Peybernes que debutaba en Liga, las novedades estaban en el centro del campo con la entrada de Cofie, el desplazamiento de Sousa a la altura del ghanés y en la posición de Lod, centrado y casi acompañando a Djurjevic en la línea de ataque. Siempre me ha costado entender que los entrenadores, es una línea general, piensen distinto a la hora de afrontar los partidos como local o como visitante. Entiendo que haya escenarios puntuales, situaciones excepcionales o equipos concretos, que hagan que puedas salirte del guión y variar tu línea de vuelo en función a si juegas en tu estadio o en el del rival. Un equipo como el Sporting, que no puede considerarse inferior a nadie en su categoría, podría ser perfectamente reconocible en su planteamiento independientemente de si las gradas son las del Molinón, Santo Domingo o El Sadar.

Vimos una primera parte que, de nuevo, describió lo que es Segunda División: poco juego, mucha presión y clara igualdad general. Dominó ligeramente el equipo de Manolo Jiménez, que puso el criterio a la pelota y se vio golpeado en su mejor momento y en el único disparo del Sporting los primeros 45 minutos. Al final de este primer acto, ya podíamos poner énfasis en el buen trabajo defensivo del Sporting y de sus centrales que dejaron a cero, hasta el final, a Rubén Castro. Un dato esclarecedor de por dónde puede venir el crecimiento de este equipo. Pero no nos equivoquemos, esto no depende de los centrales que el sábado hicieron un partido espectacular, depende de reducir las distancias entre líneas, de ser un bloque y no correr hacia atrás persiguiendo sombras y desbordados por los espacios. Sousa volvió a ser el pulmón que cubrió los claros que quedaban sueltos, incluso puso cierto sentido a las pausas. Facilitó el trabajo a Cofie, más liberado como pivote que Nacho o él mismo en partidos anteriores. Precisamente este sistema refuerza mi idea de ver al luanquín iniciando el juego y ocupando este espacio más cómodo que como único medio centro.

Creo que si hay un futbolista en el que Baraja ha confiado este inicio de curso ha sido Álvaro Jiménez. Fue titular a los dos días de llegar a Gijón, contra la opinión general, continuó de inicio a pesar de evidenciar una clara falta de ritmo, incluso desplazó al futbolista más contextual de la plantilla a la otra banda. Hemos ido viendo la evolución del cordobés hasta convertirse en el mejor traductor de lo que tanto hemos pedido a este equipo todas estas semanas. Un futbolista que no deja de intentarlo, que mira en todas direcciones pero siempre busca el área contraria. Equivócate intentándolo, nadie te reprochará tus errores. Junto a Lod, la otra pieza que evidencia una calidad diferencial para la categoría, deberíamos de ir viendo como este equipo crece y se instala en una línea de juego que terminen trayendo una tranquilidad que a quien más falta hace es a la grada.