Análisis Sporting: Despoblación

Luis Alcázar

SPORTING 1905

André Sousa pierde un balón en el Sporting (1-1) Reus
André Sousa pierde un balón en el Sporting (1-1) Reus LaLiga

Artículo de opinión de análisis

16 oct 2018 . Actualizado a las 01:19 h.

El Molinón trae el partido escrito de casa. No vamos a negarle a Baraja su previsibilidad en los planteamientos, determinados inmovilismos y algunos tics que ya sabemos que tendrá durante los partidos. Pero cada encuentro es un folio en blanco, hay que verlo, masticarlo y observar el trazo que deja al final. No pocas veces un partido ha roto cada análisis instantáneo con un detalle imprevisto, un gesto de calidad o un error no forzado del mejor futbolista hasta ese momento. El sábado Miguel Linares estuvo a punto de abrir la puerta del estadio a Leslie con su golazo (dudo que haya hecho uno mejor en su carrera), pero el Reus no había tenido ni tos hasta entonces.

Los últimos diez minutos en el Wanda Metropolitano ya dibujaron lo que plasmaría Baraja el fin de semana en El Molinón. Habíamos visto a Nacho toquetear entre líneas, Álvaro y Traver picar los costados y Carmona liberar su creatividad en el balcón del área. Viendo el mapa de calor del Sporting ante el Reus, lo que abre con un 1-4-2-3-1 termina siendo, hasta que Méndez sustituye al físico Cofie, un 1-4-1-4-1 porque Sousa tiene tendencia a la izquierda y Cofie pesa en el inicio entre centrales sin más recorrido productivo. La relación con la pelota en el área de creación es farragosa, nadie tiene pie ni pausa para que al Sporting domine la escasa circulación que ofrece cada partido. No debemos confundir la posesión con el dominio, porque el Sporting tiene el balón la mayoría del tiempo, lo tuvo ante el Rayo y lo tuvo el sábado. Y lo tiene porque se lo dan, porque los rivales salen convencidos de que no sufrirán si esto ocurre, de que los arreones serán de banda, pero casi nunca batiremos líneas interiores ofreciendo superioridades que desborden el entramado defensivo. Porque les bastará presionar las segundas jugadas o forzar la espalda de uno de los defensas para tener su opción. Costó poco ver que en Nacho Méndez hay un fino estilista, pero está costando demasiado abrirle el vestidor.

El gran problema del Sporting, a mi parecer, es la falta de personalidad. Es verdad que arrancó el partido con intensidad, valiente y decidido a voltear los silbidos previos al arranque. Que lo intentó y generó suficientes oportunidades para ganar y que estuviésemos diciendo lo mismo pero con una victoria y menos histeria alrededor. Pero aunque sea pronto, no sabemos cómo viste el equipo. Me canso, cada semana, de discutir con mis amigos sobre la diferencia entre que un equipo te guste y juegue bien o sea reconocible. A mi Baraja no me gusta, no me gustaba su aporte la temporada pasada y no me gusta su puesta en escena personal la actual. Pero sí le reconozco trabajo, que se haya definido estos meses donde las conducciones de Jony no podían maquillar un bloqueo estructural que se comprendía porque llegó con el equipo hecho. Y se ha definido en el repliegue, en la ausencia de circulación de calidad, en la indiferencia al despoblar la zona donde él mejor se movía como jugador. Solo ante situaciones inabordables de otra manera, o sea perdiendo, hemos visto a Baraja enviar un mensaje a su equipo de que podía salir a buscar el partido desde el centro del campo. Cabe el matiz de Pamplona, donde dio continuidad a una idea distinta de todo lo visto hasta hoy. Y el problema puede ser que su equipo termine creyéndose que de verdad no se puede hacer.