«El derbi del todo o nada para el Sporting»

Daniel Souto

SPORTING 1905

Real Sporting
Real Sporting

Artículo de opinión

20 mar 2019 . Actualizado a las 00:37 h.

El Sporting vence, pero no convence. La crítica en Gijón, más allá de los clásicos cronistas o analistas en los habituales medios de comunicación, siempre es demasiado visceral. La exigencia, tratada desde un punto de vista optimista, siempre es positiva, pues empuja a superar incluso los momentos más prolíficos, y eso, trasladado al fútbol, puede suponer la diferencia entre el éxito y el fracaso. Sin embargo, cuando esta es desmedida, generalmente se torna en un arma de doble filo. Nada vale, todo está mal, siempre se quiere y se pide más, y eso desvirtúa mucho la situación real de un equipo. Algo a lo que el aficionado del Sporting ya está más que acostumbrado, pero de lo que al final también se acaba contagiando cuando el agua llega al cuello.

El conjunto de José Alberto ha entrado en una dinámica positiva. Cuando parecía que sumar de tres en tres en dos partidos consecutivos parecía toda una odisea, en las tres últimas semanas hemos sumado nueve puntos a nuestro casillero. Nueve puntos que dan oxígeno, que permiten soñar a los más optimistas y alargar la inevitable agonía para los más derrotistas. Y es que todo es muy visceral, como habíamos contado. Del ‘Eurosporting’ al ‘estamos en 2ªB’ parece que tan solo hay un paso. Una racha. Nada más lejos de la realidad.

El objetivo del ascenso, si bien de forma directa es a día de hoy algo utópico, en clave playoff no parece un imposible. Ahora, seis puntos de distancia son muchos puntos. Y al final estos son los que marcan el devenir de todo. El Sporting no convence con su juego, son pequeños flashazos los que nos permiten mantener viva una mínima esperanza partido tras partido, pero al final los resultados -ahora sí- han llegado. Pero todo puede cambiar en tan solo una semana.

Y es que encaramos la jornada más importante de la temporada. No solo el rival, que ya hace de ese partido el más especial, sino por lo que puede suponer el resultado que se refleje en los marcadores de El Molinón una vez el árbitro señale el final. Es el partido idóneo para los viscerales. El todo o nada. Y en esta ocasión, yo también me subiré a su barco de forma excepcional. Acostumbrado a ver los toros desde la barrera, la calma siempre precediendo al análisis, en este caso una derrota o una victoria frente al Oviedo en el derbi servirá para marcar las aspiraciones del Sporting de forma definitiva. ¿El empate? Ni se contempla.

Sobra decir que la motivación de los jugadores y afición, de cara a un encuentro como este, es totalmente independiente a la dinámica reciente. Que sumar tres victorias consecutivas es positivo, pero poco importa cuando en frente tienes al máximo rival. Ganar al Oviedo, además de recortarle tres puntos a un rival directo, puede suponer el engancharse al fin al tren de un playoff que está muy caro. Una derrota, que te dejaría a cuatro partidos de distancia de dicho objetivo, posiblemente haría del resto de la temporada un calvario inimaginable.

El Sporting - Oviedo que se avecina coge por tanto aún más trascendencia. Puede ser definitorio de la temporada rojiblanca, el punto de inflexión que nos dé alas o nos sumerja en el infierno. Para este derbi no hay punto medio. Un partido que siempre saca nuestro lado más pasional, pero que además esta vez es más visceral que nunca. No puede suponer solo un mal rato la semana siguiente en la oficina, puede ser el motivo que nos empuje a soñar o a olvidar. A olvidar durante cinco largos meses. Demasiado tiempo.