Artículo de opinión
27 sep 2019 . Actualizado a las 00:29 h.El proyecto del técnico asturiano al frente del Real Sporting de Gijón afronta una semana clave con, de nuevo, tres partidos en escasos días. La entidad rojiblanca visitará el domingo a las 12:00 al Málaga, el jueves a las 19:00 recibirá al Almería en El Molinón - Enrique Castro "Quini" y el domingo visitará al Fuenlabrada desde las 12:00.
Dicha situación le ofrece al menos tres encuentros más de crédito a José Alberto, ya que los dirigentes rojiblancos siempre apuestan por la toma de decisiones de tal calibre a través de un escenario favorable para el eventual nuevo técnico, como ya ocurrió hace un año ante el Oviedo-Sporting. De modo que tendría más sentido esperar a que transcurra este ciclo de partidos, bajo el objetivo de que el debutante se estrene en Gijón, frente a un rival de mediana entidad como el Alcorcón y con días suficientes para preparar la cita. Evitando de esta forma, al menos en mayor medida, el riesgo de perder el efecto del cambio en el banquillo en cuestión de horas, tal como ha ocurrido en Oviedo, donde se sustituyó al técnico en mitad de una semana con tres jornadas y Rozada ya ha tenido que ser ratificado, sin apenas tiempo para desarrollar su trabajo.
A su vez, la plantilla apoya el trabajo de José Alberto y entiende que algunas decisiones arbitrales durante el comienzo de la campaña, pequeños errores individuales muy penalizados por el rival, así como la falta de puntería, le están restando más puntos de los que debería a su Sporting. Por ejemplo, se achaca el empate frente al Racing a una mala gestión de las ocasiones de gol generadas y a la falta de confianza durante el tramo final por su inercia negativa, con solo una victoria en siete jornadas. La ansiedad les llevó a tomar malas decisiones, como perder el control de la contienda.
A nivel de club, la derrota frente a Las Palmas mermó de forma notable la confianza en el técnico, especialmente por la forma en la que se producía, pero todavía se confía en que José Alberto pueda reconducir la nave y se dé continuidad a la ilusionante primera parte de los sportinguistas contra el Racing de Iván Ania, con un Manu García más cercano a explotar sus virtudes ante la variante táctica. Además, también se tiene en cuenta la opinión de los futbolistas, el hecho de que los conjuntos del asturiano suelan ir de menos a más, que todavía no exista una postura de gran desilusión entre los aficionados, y el coste económico que supondría una nueva sustitución de cara al tope salarial, tras los constantes cambios desde la salida de Abelardo Fernández, con Rubi -finalizó el contrato sin rescisión-, Paco Herrera y Rubén Baraja, todos ellos con sus respectivos cuerpos técnicos, sin que ninguna alteración ofreciese un gran éxito.
En resumidas cuentas, comienza una montaña rusa en la que José Alberto puede salir muy reforzado si su proyecto acaba por despegar, o muy debilitado, con el descenso a un solo punto de distancia a esta hora, tras un arranque incluso peor al de Rubén Baraja. La búsqueda de sensaciones comienza a dar paso al resultadismo en octubre.
