La Pizarra: Los 7 problemas del Sporting

Alejandro Vigil Morán

SPORTING 1905

José Alberto
José Alberto Real Sporting

Artículo de opinión

03 nov 2019 . Actualizado a las 17:33 h.

Dejando a un lado los efectos del VAR y el hecho de que el Cádiz tampoco haya hecho un partido mucho más completo, el Sporting repitió los mismos errores de sus anteriores visitas de la temporada.

Tal parece que la famosa maduración de los partidos siempre beneficia al rival y nunca al Sporting, salvo en tierras ilicitanas, donde se ganó para convertirse en la excepción que confirma la regla tras un partido que bien pudo acabar con otro marcador. Tampoco es positivo para el sportinguista, que tiene por delante un espectáculo bastante complicado de ver.

Obviamente, cualquiera se cambiaría por el Cádiz y su áspero estilo de juego si diese tales resultados, pero como no los da, al menos deseamos ver un entretenimiento interesante y que pueda sentar las bases de un proyecto con el que ilusionarse. No hace falta irse a otro club, ni a otra campaña, ya lo hizo el Sporting en Girona, incluso con 10 jugadores propuso un estilo que le permitió adelantarse en el marcador a pesar de dicha expulsión, lo que provocó la satisfacción de la afición.

¿En qué está fallando el Sporting?

1. Los laterales no dan el nivel. Quizá bien arropados puedan servir para un equipo de Playoff, pero los tres laterales firmados por Miguel Torrecilla tienen un rendimiento correcto en defensa, a veces ni eso, como se vio ayer en ambos casos en el segundo gol local; y nulo en ataque, donde sus aportaciones se suman a cuenta gotas, algo clave para tratar de sorprender al rival hoy en día. Damián no jugó, pero que un lateral diestro le quite el puesto, también le señala ayer.

2. Mediocampo plano. Más allá de algún arreón de Cristian Salvador, la pareja formada con Javi Fuego estuvo lejos de controlar la zona ancha, o al menos de hacer jugar al equipo, demostrando que pueden formar una buena dupla con el marcador a favor en un papel destructivo y a campo abierto, pero se muestra escasa si el escenario no es positivo. Tampoco se asociaron con Manu García, ni le supieron hacer llegar el balón en buenas condiciones.

3. Bandas esteriles. Tanto Aitor como Isma Cerro no fueron capaces de desbordar, ni de llegar a zonas de remate, ni de meter balones interesantes al área. El pichichi del Sporting, al que el técnico del Cádiz ya catalogó como un delantero y no como extremo, no ofreció en banda derecha las diagonales que venía tirando desde la izquierda y apenas influyó en el juego. En ese sentido, la cita falta de ayuda de los laterales también influye.

4. Delantero isla. Djuka sigue encerrado en su pelea interna por dar un mejor rendimiento, aunque el juego del equipo tampoco ayuda. Le llegan pocos balones, no ya en el área, sino en campo rival, y cuando lo hacen, está muy marcado. Sea el que sea el delantero, existe una falta notable de centros al área y de sumar gente en zonas de remate, lo que siempre arrastra jugadores y genera segundas jugadas como la que propicia el gol de Borja López.

5. Los cambios llegan tarde y no cambian nada. Se veía que el equipo se estaba cayendo y que resultaba inoperante desde mucho tiempo antes. Solo la jugada aislada con el balón parado del gol metió al Sporting en el partido y tampoco se puede decir que las entradas de Pablo Pérez y de Álvaro cambiasen mucho el escenario.

6. Nadie tira del carro. En cuanto Manu García no tiene un buen día -aún así generó ocasiones de gol- se apaga la luz del Sporting. No había nadie al que entregar el balón para buscar una superioridad y empezar a crecer desde ahí.

7. Sin contragolpes. Solo hubo cinco acciones defensivas del Sporting de mediocampo hacia adelante. Cuando el ataque no funciona, puede ser una buena opción de superar a la zaga rival si se recupera el cuero tras una perdida, pero se estuvo lejos de poner en apuros al Cádiz. Un robo de Cristian Salvador en una falta de concentración local supuso el mejor acierto en ese sentido.

Nota a José Alberto y su cuerpo técnico

Suspenso. Se ha vuelto a las andadas y no se nota una evolución aprovechando la inercia de las victorias. Solo el gol del gijonés y la polémica del VAR evitó repetir las sensaciones de Fuenlabrada o de otros partidos en los que el triunfo estuvo lejos. A Paco Herrera se le exigía estar en ascenso directo, a Rubén Baraja en promoción y al asturiano, tener al menos buenas sensaciones un año después, pero no llegan.