Análisis al primer tercio del Sporting

D.A.

SPORTING 1905

José Alberto y Torrecilla
José Alberto y Torrecilla Real Sporting

Balance tras la disputa de las primeras 14 jornadas de competición

04 nov 2019 . Actualizado a las 15:30 h.

Un inicio titubeante y el contador de la reacción, de nuevo en cero. Si el director deportivo del Real Sporting de Gijón tiene por costumbre analizar cada temporada en bloques por tercios, es momento para el análisis. En el interior reina la calma, en el exterior siguen las dudas. La visita al líder de la Segunda división deja a los rojiblancos, a cinco puntos de los puestos de promoción una vez consumidas 14 jornadas, el primer tercio de Liga. La derrota frente al Cádiz, con los condicionantes arbitrales ya de sobra conocidos, trae de vuelta los interrogantes que acompañan al conjunto sportiguista desde el comienzo del curso, en un eterno sube y baja. 

Regularidad efímera, capacidad para generar fútbol de ataque en cuenta gotas, defensa insegura y pegada ausente. Condicionantes deportivos que complican el objetivo, hay tiempo, pero la evolución viaja sobre una vía lenta que amenaza con convertir el curso de la ilusión en un eterno viaje en desventaja. Los picos y valles marcan el camino rojiblanco, que encara una recta final de primera vuelta ante conjuntos teóricamente asequibles, los grandes nombres de la categoría de plata ya han pasado.   

El irregular inicio de competición ha lastrado el proyecto. Cuatro triunfos, cinco igualadas y cinco derrotas, mantienen al equipo de José Alberto López anclado en la zona media baja de la tabla. Con las tres primeras jornadas del campeonato como mejor balance de fechas sin perder, las caídas se entreveran con demasiada frecuencia para un aspirante a los puestos de privilegio. Encadenar triunfos con asiduidad aparece como objetivo primero. Aparcada con vehemencia desde los responsables de las gestión la crisis sobre la continuidad del banquillo, es el momento de esperar a que la calma dé sus frutos.

La doble cara de los rojiblancos, al abrigo de El Molinón y lejos de su estadio, potencia las dudas respecto a la capacidad del equipo de ser protagonista en los duelos. El viaje hacia el control, personificado en el doble pivote de músculo Fuego - Salvador, ha permitido elevar la solidez, a costa de la fantasía. El paso adelante del centrocampista zamorano, evidente las últimas jornadas, no ha sido suficiente para elevar el caudal de acercamientos al área rival, que se mantiene como el principal hándicap del equipo. Con la sala de máquinas del fútbol ofensivo concentrada en los pies de Manu García, los marcajes al '16', especialmente a domicilio, merman las opciones, elevan la dependencia y reclaman el aporte de soluciones de los hombres de banda o desde el banquillo. El ímpetu a la orilla del Piles contrasta con la tendencia a la maduración lejos de casa, los rojiblancos son el octavo conjunto que más suma de local y el tercero por la cola a domicilio. 

La línea defensiva, inmersa en un inusual baile de nombres, con 9 combinaciones diferentes en 14 jornadas, no termia de transmitir la seguridad habitual de los equipos aspirantes. Marcadores ajustados y rentabilidad suele ser fórmula habitual entre los conjuntos con premio al final del curso. Los rojiblancos también están en la zona media de la tabla en goles encajados, habiendo logrado dejar la meta de Mariño sin mácula en sólo cuatro enfrentamientos. La parcela central, pese a algunos errores individuales que han costado puntos, se libra de las miradas, que se concentran en los laterales, de prestaciones desiguales en defensa e inoperantes cuando se trata de pisar el campo contrario.

La ausencia de pegada completa el combo. Reducida la punta del ataque a dos nombres, así lo manifestaba el propio técnico, el bagaje de goles anotados por los delanteros aleja al equipo del grupo de aspirantes. Los goleadores viven de rachas y a los sportinguistas les dura la negativa demasiado. De su despertar dependerá gran parte del futuro, por mucho que la segunda línea logre engordar sus números, sin una referencia anotadora sea el '9' o en el '23', la cuenta final del balance es negativa.

Un primer tercio de liga cerrado lejos de los objetivos y de las sensaciones positivas. Un primer tercio de crecimiento y pruebas que debe dar paso a un segundo de asimilación, regularidad y confirmación, para no terminar en un tercero de decepción.