Análisis: «La clave para mejorar la cantera del Sporting»

Daniel Souto

SPORTING 1905

Cantera Sporting
Cantera Sporting Real Sporting

Artículo de opinión

01 abr 2020 . Actualizado a las 23:23 h.

A raíz de la clasificación de Real Sociedad y Athletic Club a la final de la Copa del Rey esta temporada se llegó a poner de relieve la capacidad del fútbol vasco de producir jugadores de élite en cantidades suficientes como para que ambos clubes formen habitualmente con varios canteranos en su once inicial. Obviamente el caso del Athletic es muy especial, analizado con asombro también en el panorama europeo y mundial por su arraigada idiosincrasia, aquella que le 'auto-obliga' a tener que formar jugadores para el primer equipo de forma permanente. La situación que atraviesa el fútbol asturiano, sin embargo, no podía ser más diferente a la de sus vecinos norteños.

Hay quienes achacan esta divergencia a factores como la apuesta por estos jóvenes canteranos en el primer equipo, donde clubes históricamente considerados de cantera cada vez buscan más el beneficio económico de las ventas derivadas de estos futbolistas, en lugar de apostar por su progresiva adaptación al primer equipo y sus exigencias. Es algo que tiene parte de cierto, aunque lógicamente es algo que responde a momentos concretos que vive cada equipo que situamos en esta comparativa. Athletic y Real Sociedad -además de Eibar y Alavés- atraviesan situaciones deportivas y económicas muy diferentes a las que se desarrollan en entidades como Sporting y Oviedo. Esto hace que las urgencias de unos y los proyectos de otros exijan necesidades distintas. Pero que las canteras de todos estos clubes terminen fructificando en distintas realidades responde también a cuestiones más profundas que la mera predisposición de los clubes a vender o desarrollar a sus mejores promesas.

La gestión de la cantera en Asturias y el País Vasco es bien diferente, y esto supone un punto clave en la generación de futbolistas para la élite de nuestro fútbol. Para empezar, en cuanto al tema económico encontramos un punto muy relevante para entender ambas realidades: en Asturias es cada club quien solicita financiación a la Federación de Fútbol autonómica, en el País Vasco la diputación de cada provincia dota directamente de fondos a cada club principal de la misma; Real Sociedad en Guipúzcoa, Athletic Club en Vizcaya y Deportivo Alavés en Álava (con el conflicto que se ha generado en la primera de estas provincias donde el Eibar quiere asumir también un papel protagonista por su condición de club de Primera ya establecido). La cuestión es que son estos clubes los que deciden qué cantidad invertir y de qué forma a los diferentes clubes de su entorno. El único requisito para poder acceder a ello: ser un club afiliado de la entidad ‘matriz’. Así, Real Sociedad, Athletic y Alavés mantienen derecho preferente sobre los jugadores de su zona (y también de otras provincias próximas en las que tengan clubes afiliados) mientras dotan de material, infraestructura y/o ayuda económica directa a esos clubes formativos en los que esos jóvenes talentos desarrollan su precoz carrera.

En Asturias la situación es opuesta: es cada club, de forma individual, quien debe gestionar la solicitud de la prestación, mientras que es la Federación la que dictamina cuantías y su otorgamiento. Así, los convenios que tienen Sporting y Oviedo con los clubes formativos de su entorno están muy alejados de alcanzar esa cifra de más de 150 afiliados que tiene cada uno de los tres principales equipos vascos. Osasuna, por ejemplo, usa un modelo prácticamente calcado en Navarra, influyendo también directamente en la formación de los propios entrenadores: el cuadro rojillo alcanzó un acuerdo con CENAFE, una entidad encargada de impartir cursos de técnico deportivo, por el cual todo club afiliado al pamplonica podría acceder a ellos con un cuantioso descuento. Así, Osasuna trata de fomentar la formación de aquellos que suponen un pilar fundamental en el fútbol base de su región, con los citados incentivos y también con ayudas directas a través de cursos que ellos mismos organizan y en los que se pueden ver conferencias y charlas de miembros del cuerpo técnico del primer equipo, desde su entrenador, Jagoba Arrasate, pasando por diversos preparadores de diferentes especialidades.

Pero no solo es el aspecto económico, aquel que tanto incide en el desarrollo de los clubes cantera del entorno así como de sus entrenadores, el que marca una gran diferencia respecto al fútbol asturiano. En sentido puramente deportivo también nos aventajan con medidas enfocadas a mejorar el nivel competitivo de sus jóvenes talentos. Es de lo más usual ver a Sporting y Oviedo dominar las diferentes primeras categorías de nuestro fútbol formativo con una distancia importante ?por norma general- respecto al resto de competidores. Tanto como lo habitual que es ver a estos clubes llevarse a los mejores jugadores de los clubes próximos, tengan convenio con ellos o no; jóvenes futbolistas que abandonan el Roces, Llano 2000, Covadonga o Gijón Industrial (entre otros) para nutrir a gijoneses y ovetenses en distintas edades. Algo que deriva en tener dos equipos fuertes en la región, dos equipos en los que se aglutinan importantes cantidades de talento, pero cuya falta de competencia les impide alcanzar un techo mayor deportivamente hablando.

La situación de que los mejores jugadores del territorio acaben militando en los clubes más potentes de su región también se termina dando en clubes como Athletic o Real Sociedad, pero esto sucede a una edad más avanzada. La independencia con la que los equipos formativos asturianos actúan respecto a Sporting y Oviedo hace que estos no depositen su confianza en el correcto desarrollo de estos jugadores si no crecen al amparo de sus técnicos e instalaciones. Sin embargo, el control que ejercen las entidades vascas sobre sus clubes de formación les permite monitorizar su desarrollo, conocer la formación de sus diferentes técnicos y acabar manteniendo a la mayoría de los jugadores en su club de origen hasta edad juvenil, lo que permite que la competencia en categorías inferiores sea máxima, algo que siempre va en beneficio de su propia liga, sus jugadores y su fútbol en general. Esta competencia no existe en Asturias, y eso deriva en dos equipos potentes en la región, pero cuya capacidad de crecimiento se auto limita.

No se puede obviar el buen trabajo en las canteras de los equipos asturianos más fuertes de la región, así como que el talento con el que se cuenta es alto. No es raro ver cada temporada cómo futbolistas de la cantera rojiblanca son convocados con frecuencia por las categorías inferiores de la Selección Española. Es obvio que hay materia prima y que existe calidad formativa en nuestro fútbol, pero a su vez, por las razones expuestas, es igualmente evidente que su desarrollo cuenta con más obstáculos respecto a otros clubes de cantera que, más allá de intenciones de venta, son capaces de dar mayor recorrido al talento con el que cuentan en sus categorías inferiores. No es que Real Sociedad o Athletic Club apuesten más por sus jóvenes talentos que Sporting u Oviedo, o al menos no es solo eso. En Asturias falta mayor amplitud de miras, pensar en sus canteras más a largo plazo y que esto resulte en un sistema mucho más organizado y de más alto nivel en su modelo formativo. Ahí es donde reside la brecha que nos distancia de los éxitos que pueden lograr estos clubes respecto a los asturianos. Los resultados, a la vista están.

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