Pizarra: Las 4 claves de la victoria del Sporting

Dani Souto

SPORTING 1905

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Artículo de opinión

26 oct 2020 . Actualizado a las 12:17 h.

Pintaban bastos cuando la Ponferradina, que salió muy bien en el partido, se adelantaba tras un penalti infantil y que el VAR no invalidó en el rechace que se convertiría en gol. La primera parte fue claramente de color azul marino, y el Sporting parecía de nuevo incapaz de revertir un marcador en contra. Sin embargo, una gran segunda parte marcada por los cambios de David Gallego disipó cualquier duda, dejando los tres puntos en Gijón y colocando a los asturianos de nuevo en puestos de ascenso directo.

Dos caras en salida de balón

Difícil será no tratar la salida de balón en cada pizarra. Aspecto fundamental en el plan de juego de Gallego y que en este duelo ante los bercianos mostró dos caras muy diferenciadas. Ante la buena presión adelantada planteada por Bolo, el Sporting no encontró la forma de salir jugando en la primera mitad. Pases horizontales que se repetían entre Borja y Babin y una falta de atrevimiento acuciante para salir en conducción por parte de uno de ellos cuando Gragera los acompañaba en esa primera línea. El balón terminaba con Mariño enviándolo en largo sin demasiado índice de acierto.

En la segunda parte todo cambió. Los laterales bajaron algunos metros su ubicación, participando más en la circulación de pelota atrás y dando soluciones por fuera que en los primeros cuarenta y cinco minutos no existían. Pero, sobre todo, comenzaron a aflorar pases verticales que superaban líneas de presión y que permitieron al Sporting descoser a su rival por dentro ante los apoyos de sus centrocampistas.

La sociedad Pedro - Manu

En esa mejorada versión del Sporting en salida resultó fundamental Pedro Díaz. El canterano vino a demostrar que no tiene relevo sencillo dentro del rol que desarrolla en el once. Ante el Málaga se le vio más impreciso de lo habitual, posiblemente fruto del desgaste que lo hizo partir desde el banquillo este fin de semana, pero ya daba la sensación de ser el complemento perfecto entre Manu García y Gragera, conjugándose bien con ambos a diferentes alturas y dando vuelo a un ‘Mago’ Manu García (como el propio Gustavo López lo apodó en la retransmisión) que pudo acercarse a la base con apoyos, llegando y no estando, y tener mayor presencia entre líneas. Con su entrada, Gallego acertó de pleno. El Sporting ganó enteros con balón, Manu comenzó a aparecer con mayor frecuencia en zonas de influencia, y desde ahí, los asturianos pasaron a dominar el encuentro.

Explotar el carril central

Pedro siendo solución tanto para Gragera como para Manu, pases filtrados en vertical desde los centrales, y otro cambio del técnico que mejoró la cara del Sporting: la presencia de Gaspar en el costado izquierdo. No fue un jugador de banda al uso, sino que se acercó mucho al carril central para sumar un jugador más y generar unas superioridades que la Ponferradina no supo contrarrestar. Los de David Gallego comenzaron a encontrar espacios por dentro, moviendo el balón con mayor velocidad y encontrando soluciones en construcción de juego a todos los problemas que había desarrollado durante la primera mitad. Con tanto jugador de buen pie y de influencia por el carril central, desde ahí comenzó a ganarle la batalla el Sporting a su rival.

Falta de movimientos por delante de balón

Si bien el resultado y la versión ofensiva de la segunda parte hace que nos quedemos con aspectos positivos, tampoco hay que olvidar aquellas dificultades que vimos en la primera mitad. A diferencia del partido en Málaga, el Sporting echó en falta más movilidad de sus piezas de ataque. Esos desmarques de ruptura de Cumic, Aitor y Djurdjevic no se dieron ante la Ponferradina, y en las escasas ocasiones en que los gijoneses lograban llegar con el balón a la divisoria, la falta de estos movimientos, ya fueran al espacio o en apoyo, dificultaron las posesiones rojiblancas, que apenas encontraba opciones libres por delante de balón. El Sporting sumaba dificultades también más allá de sus primeros pases, y si bien por todo lo comentado anteriormente los de Gallego mostraron una cara tan diferente que esto no le llegó a penalizar en el resultado final, hay que tener en cuenta este aspecto como uno importante a corregir ante esos equipos que te aprietan tanto en bloque alto como los bercianos.

Los cambios

Pedro por Nacho y Gaspar por Aitor. Los dos cambios que modificaron claramente el rumbo del partido. Ambos incluidos entre las claves de la victoria, Pedro mejoró la versión de un desacertado Nacho, seguramente encajando mejor en el rol que se necesitaba, mientras Gaspar aportó cosas diferentes a las que ofrecía Aitor, sumando recursos por dentro y facilitando la labor con balón de los rojiblancos.

Álvaro Vázquez por Cumic. Apenas disfrutó de diez minutos el delantero catalán de nuevo en unos instantes finales que el Sporting necesitaba presencia en el área, pero esta vez con incidencia directa en el marcador. Cazó un balón rechazado cerca del punto de penalti y convirtió el gol que terminó suponiendo la victoria. Firmaría que siempre fuera así.

Pablo Pérez por Djuka y Saúl por Pablo García. Cambios ya en las postrimerías para rascar algunos segundos en el descuento del partido.

Nota a David Gallego y el cuerpo técnico

Notable. Si bien en la primera parte el equipo se vio ampliamente superado, los segundos cuarenta y cinco minutos estuvieron a la altura de lo visto hace unos pocos días en La Rosaleda. Gallego ajustó ciertos matices para mejorar aspectos clave con balón que estaban fallando, y su intervencionismo con los cambios a los diez minutos de la segunda parte resultó fundamental para cambiar el guion del partido y la cara de su equipo. Una remontada que no se daba desde marzo del pasado año y que lleva claramente el sello de su entrenador.

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