«Nos lo enseñó el Diez»

David Herrero García 

SPORTING 1905

Artículo de opinión

26 nov 2020 . Actualizado a las 20:07 h.

La mirada debe mantenerse firme mientras la moneda hace mil piruetas en el aire. El azar es para los que no se piensan ganadores. Esto nos lo enseñó el Diez.

El fútbol va de héroes y tiranos. Jugadores que besan el escudo demasiado pronto y, como las cosas no carburan, la temporada siguiente están besando otro escudo distinto. Morata, por ejemplo, ahora dice que su equipo siempre ha sido el Atlético de Madrid y lo recalca mientras juega en la Juventus, club donde ya militó años atrás tras su salida del Real Madrid.

Maradona, siempre pionero, fue más allá y en unas semifinales Italia - Argentina del Mundial de 1990 disputadas en San Paolo, estadio del Nápoles, pidió a los napolitanos que le animaran a él durante el partido, que apoyaran a Argentina y no a su selección. «Nápoles no es Italia», les decían en Turín y otras ciudades norteñas y como tal debían actuar aquella tarde. Algunos tifosi le fueron fieles durante el encuentro, pero en respuesta a la afrenta del Pelusa, el himno argentino fue abucheado en la final como pocas veces ha ocurrido. Así es el fútbol, así era Diego.

Tardes de radio

Cuando era pequeño, un encuentro a domicilio de la categoría de plata solo se podía seguir a través de la radio. Yo entendía las retransmisiones radiofónicas de un modo peculiar. Lo más importante era la publicidad. A lo largo de esos minutos inagotables era cuando uno tenía que prestar mayor atención porque siempre existía la posibilidad de que al retomar la retransmisión tras los anuncios, el locutor tuviera novedades acerca del marcador del encuentro. Después todo volvía a la normalidad y los goles eran predecibles y el partido se hacía más aburrido. Con la Fórmula 1 sucedió algo similar hace unos años. Durante las emisiones en abierto por televisión se les ocurrió introducir anuncios. Y para evitar las quejas de los telespectadores, decidieron dejar un cuadradito pequeño con la señal de la carrera en la parte superior de la imagen. Y aquello perdía toda emoción.

Me imagino seguir el encuentro contra el Sabadell por la radio, que nadie dude de que aún se puede hacer tal cosa, y que al volver de la publicidad el locutor informe de que el resultado ya no es de uno a uno, sino de tres a uno y que los dos goles los ha marcado Gaspar, que acaba de salir del banquillo. Entonces los once minutos de anuncios habrían merecido la pena.

Al Sporting, muy superior al Sabadell, pero sin pegada suficiente para sentenciar el encuentro hasta la entrada del extremo gijonés, le ocurrió un poco lo que Maradona dijo en un homenaje que le hicieron a principios de siglo en la Bombonera. Nos equivocamos y pagamos por ello, pero la pelota no se mancha. Esto también nos lo enseñó el Diez.

*Recuerda comentar la noticia en el foro que se encuentra debajo de esta publicidad.