Artículo de opinión
01 mar 2021 . Actualizado a las 20:44 h.Escribía el mítico periodista Julio Camba en una de sus columnas en el ABC, allá por el año 1919, que los periódicos se hacen solos. «Los redactores nos reuníamos en torno a una mesa muy grande, pedíamos café y comenzábamos a charlar y fumar pitillos. Abajo estaban los talleres. ¿Por qué procedimiento se transformaba nuestra conversación en artículos y noticias? Yo lo ignoro; pero ello es que, poco a poco, el periódico iba haciéndose». Si el Sporting fuese un periódico, sin duda reafirmaría las palabras de Julio Camba. Nos sentamos frente al televisor, debatimos sobre alineaciones y rivales y no sabemos cómo pero el equipo sigue en la pelea. Siempre es así, cuando las cosas marchan bien es porque se ha tocado lo menos posible. Sin grandes fichajes ni ostentosas incorporaciones, con tan solo un regente que sabe distribuir correctamente la información, el equipo va haciéndose semana tras semana, demostrando que puede plantar cara a cualquiera.
Así la cosas, llegó a El Molinón un Espanyol con intención de dar un golpe sobre la mesa tras la victoria del Almería frente al Lugo. Si bien el esperado duelo de pichichis entre Djuka y Raúl de Tomás no pudo darse debido a la ausencia del delantero madrileño. Y Djuka, que esta temporada no espera por nadie, aprovechó la situación para distanciarse aún más en la tabla de máximos anotadores. El tanto del serbio devolvió a los rojiblancos al partido en una primera mitad muy disputada y que a punto estuvo de finalizar con ventaja en el marcador para los asturianos. Tras la reanudación, los pericos pisaron el acelerador y convirtieron el encuentro en un asedio total. Pero El Molinón, una jornada más y en esta ocasión con recuerdo incluido a Quini tras el tercer aniversario de su fallecimiento, resistió las embestidas visitantes y continúa como único estadio español invicto en la presente campaña.
Los cambios de Gallego devolvieron la pelota en el último tramo del encuentro a un Sporting que, aún traumatizado tras el asedio vivido minutos atrás, decidió dormir el partido antes que intentar la victoria, con el riesgo de contra visitante que implicaba.
Son ya cinco jornadas seguidas sin conocer la derrota las que acumula el equipo. Un Sporting que parece que se hace solo y que no necesita grandes nombres; solo jugadores implicados con la causa y un regente que maneje con diligencia las rotativas.
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