Las 4 claves de la victoria del Sporting

Dani Souto

SPORTING 1905

Sporting
Sporting Real Sporting

Análisis

11 sep 2021 . Actualizado a las 19:51 h.

Victoria sufrida, pero bien asentada. Al menos, esa es la sensación que transmite un Real Sporting que, lejos de ser una versión similar a la de los últimos minutos, demuestra estar muy trabajado en aspectos colectivos clave como son la presión y la salida de balón y que acumula momentos de muy buen fútbol a lo largo de los encuentros. Para muestra, el primer gol, apenas cinco minutos después del inicio del mismo. El espectáculo no estuvo solo en los focos que coronan los techos de El Molinón, también en un equipo que vence y convence para ser líder y mejorar incluso las cifras del arranque de la temporada pasada, algo que no se alcanzaba desde hace 40 años. Analizamos la victoria del Sporting condensando, como siempre, en 4 claves que lo expliquen:

Automatismos definidos con balón

Los famosos 'automatismos', esos a los que entrenadores y analistas hacen tanta referencia. Parece un vocablo que esconde algo muy complejo, y que no lo es tanto, al menos para explicarlo: son la serie de movimientos y actitudes incoporadas que los jugadores desarrollan sobre el campo podríamos decir que casi 'de memoria', de manera 'automática'. Fruto, evidentemente, del trabajo y la insistencia en estas ideas a base de repetición y repetición en el campo de entrenamiento. Y la salida de balón de este Sporting es un gran ejemplo de ello.

Más fehaciente en la primera que en la segunda parte, por la clara diferencia en los momentos de juego que atravesó el equipo de Gallego, esos primeros pases y ese momento en la construcción de juego era un juguete en manos de los amantes de la táctica, aunque, sin profundizar en ello, también tiene aspectos por pulir, como es lógico. Los movimientos de pivotes, Pedro y Gragera, provocaban todo lo demás, cual fichas de dominó que caen una tras otra: se movía el lateral, seguidamente el extremo iba hacia dentro, esto desplazaba a mediapunta y/o delantero.. y no siempre se optaba por la misma solución, unas veces jugando en corto, alternando por fuera y por dentro, otras buscando más en largo las recepciones de Djuka o a un Aitor o Villalba más liberados.. Quien pueda verse repetida la primera parte, que se fije en esto porque aprenderá disfrutando.

La presión, nueva seña de identidad

No es que el Sporting no presionara la campaña pasada, pero sí es cierto que en esta se está viendo mucho más intensificada y, sobre todo, orientada a un objetivo. Ante el Leganés, Gallego identificó cuál era la forma de forzar a los madrileños a buscar el envío en largo, orientando la presión para que la pelota llegara al central con menor capacidad asociativa en corto. Si la pelota llegaba donde el Sporting quería, era una cuestión de tener bien atados a los apoyos cercanos al central, pues la alternativa de jugar con el portero tampoco terminaba de ser una solución óptima para los de Garitano, repito, en corto. El Leganés tenía que buscar habitualmente el envío en largo, y eso favoreció el ajuste que analizaremos a continuación. De nuevo, una idea clara, al menos para los primeros minutos, que es cuando el físico lo soporta: presión intensa arriba supone aumentar las posibilidades de recuperar en campo contrario, por lo que estarás en posesión de la pelota a menos metros de la portería rival. Fe ciega en ello esta temporada.

Ajustes a la espalda

Estos envíos en largo propiciaban una nueva situación defensiva. Tocaba marcar a un Jon Bautista que se mostraba igualmente peligroso tanto para el envío por alto como en carrera a la espalda. Principalmente por esto último, el perfil que solía buscar el delantero era el de Marc Valiente, consciente de que el zaguero catalán tiene inferior capacidad de defender al espacio en velocidad que Babin. Para intentar evitar eso, Gallego trató de cubrirse las espaldas: Gragera era el encargado de abandonar su zona y emparejarse con el punta para esa disputa aérea una vez veía que iba a ser la opción por la que optaría el Lega. Esto entrañaba un riesgo, y es que no siempre el gijonés podía llegar a tiempo, haciendo que esta situación se repitiera en más de una ocasión. Y lógicamente tampoco se pueden defender el 100% de las acciones a la perfección, por ello, Bautista también tuvo sus opciones al espacio, pero al menos en ese sentido el Sporting no tuvo que lamentar males mayores.

Manchando el mono de trabajo

El rival también juega y a veces logra impedir que hagas lo que tienes pensado. Lo repite cada semana, sea cual sea el resultado, David Gallego. Y no es solo eso, es que las propias dinámicas del partido también llevan a esas situaciones. El Sporting, con ventaja mínima en el marcador y escasos minutos por delante tampoco va a exponerse y arriesgar, eso sería pegarte un tiro en el pie. De la misma manera, el que sí va a dar un paso adelante es el rival, juntando más gente por delante de balón y con mucho futbolista de ataque sobre el verde. Al Sporting le tocó de nuevo enfundarse el mono de trabajo y, aunque esto solo beneficie a nuestros cardiólogos, es una versión en la que el equipo también se siente cómodo y seguro y en la que sabe desenvolverse. No es lo deseado, ninguno de los 11 ni tampoco Gallego querrán que se repitan situaciones así, pero en esto del fútbol es inevitable vivirlas. Con lo bueno que nos podemos quedar es que el Sporting ahí también muestra argumentos.

Los cambios

  • Nacho por Gaspar. Rol diferente para el luanquín, que llegó a tener incluso opción de dar un gran pase a Djuka que no sería gol por un ajustado fuera de juego, en una situación muy similar a la asistencia que había dado Gaspar instantes antes.
  • Campuzano por Djuka. Salió algo acelerado el catalán, quizás con muchas ganas de agradar, y eso quizás iba contra el momento de partido, que requería de más calma y poso con balón para bajar revoluciones. Aun así, dispuso de una buena contra que si no llega a frenarse con falta podría haber tenido peligro.
  • Bogdan por Pablo. Primera vez que se recuerda a Bogdan por izquierda para dar recambio a un Pablo que ya estaba fundido. Cumplió cuando le tocó en los pocos minutos que dispuso.
  • Pablo Pérez por Aitor. Trabajó y ayudó en la presión en campo propio ante un Leganés que dominaba y apretaba. Tampoco tuvo opción a nada destacado.
  • Berto por Villalba. Cambio casi con el tiempo cumplido, meramente testimonial.

Nota a David Gallego y el resto del cuerpo técnico

Notable. De nuevo un plan que roza la perfección no pudo desarrollarse el tiempo suficiente. Aun así, el segundo tiempo fue igualmente positivo, con menos control de balón pero sí con el dominio de la situación salvo, de nuevo, los minutos finales de infarto. Esa espina y la evolución del equipo con el paso de los minutos hacen que este Sporting aún cuente con margen de mejora para aspirar al 10, y eso no deja de ser una buena noticia, pues el camino que se está recorriendo invita a creer en esa progresión.

*Recuerda comentar la noticia en el foro que se encuentra debajo de esta publicidad.