Texto de análisis
15 sep 2021 . Actualizado a las 01:43 h.Se lleva insistiendo desde el inicio de la pretemporada en la importancia de dar continuidad a un proyecto, a un bloque de jugadores así como de un mismo cuerpo técnico. Los jugadores del Real Sporting de Gijón ya se conocen entre sí y, además, ya conocen las intenciones y pautas de trabajo de su entrenador, algo igualmente importante. Y David Gallego también conoce mejor a sus futbolistas. Un año de experiencia que enriquece a todos y que se está viendo reflejado en el entendimiento que muestra el equipo sobre el césped.
Bajo una misma idea de juego, el Sporting ha mostrado matices fácilmente perceptibles, tanto con balón como sin él. Es precisamente en las dos cuestiones principales en ambas fases donde mayor hincapié ha hecho David Gallego: la salida de balón y la presión. Si lo segundo ya acaparó la atención de muchos, en los primeros pases también se encuentra uno de los atractivos del actual líder de La Liga Smartbank.
Esta temporada, a diferencia de la anterior, no es tan habitual que uno de los pivotes se incruste permanentemente entre centrales, sino que se intenta hacer de manera dinámica, que haya movimientos constantes. Gragera suele ser el que se aproxima más a los centrales, ubicándose entre ellos y favoreciendo que sean estos los que avancen en conducción cuando tienen la posibilidad.
Sin embargo, Pedro cae habitualmente a uno de los lados, en concreto al derecho, a un lado de Babin, haciendo que Guille Rosas suba su altura (otro de los principales cambios respecto al año pasado, la altura de los laterales) y que a partir de aquí se desencadene todo lo demás: el extremo derecho (Aitor) se suele mover hacia dentro para atraer la marca del interior y alejarlo de su línea defensiva, lo cual aprovechan o bien el punta (Djuka) o el mediapunta (Villalba) a ocupar el espacio generado a la espalda de Aitor. De esta forma, el Sporting abre varias vías para combinar tanto en corto (Rosas o Aitor) como en largo (Djuka o Villalba), lo cual va variando cada jugada para no ser fácilmente predecible.
Con todo esto, la salida por izquierda suele ser diferente. Gragera apoya bien por dentro en un escalón intermedio o bien se sitúa entre centrales como ya se ha comentado. Sin tantos movimientos como por derecha, se ejecuta uno similar: el extremo (habitualmente Gaspar) se va hacia dentro y el lateral (Kravets y/o Pablo) sube su posición sobre el campo. Sin embargo, es más habitual que Villalba se acerque a dicha zona y se ubique a diferentes alturas respecto a Gaspar y Gragera. Es por ello que en este perfil es más habitual que la salida sea más asociativa, con más juego en corto buscando formar triángulos que favorezcan el avance del equipo en pocos toques.
Una pizarra muy trabajada y con aspectos muy diferenciados entre cada uno de los perfiles por los que el equipo pretenda salir. Quizás el terminar de sumar registros, combinando las salidas que se dan por ambos perfiles, sería lo que haría de esta salida de balón algo prácticamente perfecto, pero lo visto hasta el momento es para valorar lo clara que se tiene la idea de juego y la tranquilidad de tener la sensación tras el partido que este equipo está muy trabajado.
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