Texto de análisis
20 oct 2021 . Actualizado a las 15:03 h.Fue un partido demasiado alocado como para que el Real Sporting de Gijón, habituado a crecer desde el control, obtuviera un desenlace distinto. Aun así, por tramos importantes de la primera mitad, los de David Gallego estuvieron en disposición de conseguir algo más, pero no lo aprovecharon. En este contexto se dio la segunda derrota rojiblanca de la temporada, de nuevo a domicilio. Analizamos este tropiezo condensando todo en cuatro claves:
Un contexto marcado por el rival
La temporada del Sporting se va desarrollando desde una idea de juego como base de todo. A partir de esta, el equipo se ha ido definiendo de manera clara y concisa, aplicando diferentes matices, siempre pequeños, para adaptarse a las bondades y defectos de sus rivales. Sin renunciar a lo que eres, ser consciente de cómo es quien tienes delante. Gallego siempre hace hincapié en la riqueza de un equipo cuanto más adaptable sea este. Sin embargo, en Cartagena se vio que desde el primer minuto se jugó más a lo que buscaba el rival; el ritmo era el que el Efesé quería, casi cual combate de boxeo en el que llovían los golpes, las transiciones y llegadas, que pasaran muchas cosas en un pequeño lapso de tiempo, algo que se aleja del contexto habitual de los rojiblancos. Cabe reseñar que incluso en esa circunstancia, el Sporting supo amoldarse y sacó de ese intercambio las mejores ocasiones del partido, pero sin el acierto suficiente, todo quedó en un mero espejismo que duró unos 40 minutos.
Gran desajuste tras el descanso
El contexto general de partido sería el mismo tras el paso por vestuarios, pero la propuesta del rival cambiaría. Sintomático de la sorpresa para el cuerpo técnico, se vio a Gallego trasladar nuevas instrucciones a aquellos jugadores que le pillaron cerca de la banda al ver el triple cambio de los locales. Es más, se pudo apreciar en la imagen televisiva que el árbitro ordena salir del césped a uno de los ayudantes del técnico catalán que se apresuraba en instruir a Nacho sobre el cambio de sistema rival. Al Sporting el cambio le pilló a pie cambiado, invalidando posiblemente parte del discurso emitido en el entretiempo. La segunda parte cambió la cara del equipo desde la modificación rival, que generó desajustes en un Sporting superado en su salida de balón, incapaz de conectar con sus hombres de ataque y desbordado defensivamente por los costados.
Si perdonas, pagas
Un clásico aplicable en tantas y tantas situaciones. El Sporting acumuló todas sus opciones de gol en la primera mitad, con un caudal de llegadas más amplio de lo habitual en esos 45 minutos. Sin embargo, la madera, el guardameta rival o la falta de puntería en el remate enviaron al limbo todas estas oportunidades. De nuevo, la falta de acierto hacía acto de presencia, esta vez sin ser conscientes de que no tendrían opción a reválida. El Sporting desaprovechó sus ocasiones en el único tramo en que fue capaz de generarlas, habiéndose mostrado cómodo en un contexto alejado del que es costumbre, lo cual suma mérito a su primer tiempo, pero si se presenta un intercambio de golpes como el de ayer en Cartagonova, lo suyo es al menos lograr propinar uno. No se hizo y el Sporting terminó pagándolo.
Defensa de la estrategia
No supera lo anecdótico que el gol haya sido a balón parado en la ejecución de un penalti, pero sí es destacable la dificultad que presentó el Sporting para defender las acciones de estrategia en la tarde de ayer. El Cartagena sabía que ahí residía una de sus principales fortalezas, y trató de exprimir al máximo estas situaciones, y el hecho de haber botado 15 saques de esquina evidencia que las buscaron. Los blanquinegros mostraron su superioridad en esas acciones, ya terminaran o no con remate, el peligro siempre rondaba la zona de influencia de Mariño. El Sporting no supo frenar que estas situaciones se dieran, con un juego exterior de los locales que puso en problemas a los de David Gallego en fase defensiva.
Los cambios
Villalba y Aitor por Gaspar y Berto. En una segunda parte que distaba mucho de la primera en la valoración individual de los dos sustituidos, lo cierto es que la entrada de Villalba y Aitor mejoró levemente al Sporting en ataque, dando más dinamismo al juego y profundidad. Sin embargo, su efecto fue efímero y se fue disipando con el paso de los minutos.
Pedro por Nacho. El sierense entró en pleno declive progresivo del equipo, apenas 10 minutos antes del penalti y la expulsión. No logró entrar en juego lo suficiente como para solventar los problemas con balón ya profundos del Sporting.
Pablo García por Puma. Cambio por exigencias del guion tras la expulsión de Kravets. No tuvo influencia en el desarrollo de los últimos minutos.
Nota a David Gallego y el resto del cuerpo técnico:
Insuficiente. No se vio al Sporting que conocemos en ningún tramo del encuentro. Bien es cierto que en la primera mitad se ajustaron al planteamiento de partido que buscaban los locales y la imagen fue buena, demostrando que pueden jugar a otra cosa lejos de su zona de confort y ser igualmente productivos y competitivos. Sin embargo, todas estas ideas se ensombrecieron de un plumazo al ver un equipo totalmente superado y borrado del encuentro en la segunda mitad. No se supo leer el cambio de sistema rival y no llegó el ajuste que arreglara el descontrol en que se había sumido el Sporting. Los segundos 45 minutos son de los peores vistos en la era Gallego, es raro ver al equipo tan superado. Sigue costando lejos de El Molinón.
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