Un nuevo filial para potenciar la cantera del Sporting

Dani Souto

SPORTING 1905

Gaspar Campos con dos niños del Campus de Mareo
Gaspar Campos con dos niños del Campus de Mareo Real Sporting

Se pretende formar competitivamente a los talentos de Mareo

28 dic 2022 . Actualizado a las 11:03 h.

El proyecto de Orlegi Sports continúa dando pasos en su planificación de cara al futuro tanto del primer equipo del Real Sporting de Gijón como de la Escuela de Fútbol de Mareo. Más allá de la infraestructura ya planeada, una englobada en la candidatura de 'Asturias 2030' para que El Molinón - Enrique Castro 'Quini' se postule como una de las sedes del futuro Mundial de 2030, mientras la otra, la reforma de la Escuela de Mareo, la cual ya ha arrancado en su fase inicial, la nueva propiedad mexicana se centra a su vez en fortalecer la estructura, esa que ya modificó a su llegada el pasado verano y que tiene visos de seguir creciendo a medida que las necesidades lo requieran.

Así sucede con la cantera, para la que se busca una filosofía troncal para todas las categorías del fútbol base rojiblanco y sobre la que se trabaja a varios años vista para desarrollar el modelo formativo que busca implementar Orlegi. Una premisa básica de ese modelo se basa en la competitividad, algo que tanto en el Sporting como en el fútbol asturiano muchas veces ha sido una china en el zapato. Los más pequeños de Mareo tienen escasa exigencia competitiva a lo largo de la temporada, algo que les lastra cuando el nivel crece, especialmente en juveniles, y que les da de frente cuando tienen que dar sus primeros pasos a nivel sénior.

Es por ello que en Mareo ya se trabaja con la mentalidad de crear un segundo filial en un futuro próximo. La fórmula no es nueva ni rompedora, sino que es algo ya implementado en varios clubes del entorno cercano al Sporting. Sin embargo, con la necesidad primero de lograr el ascenso de categoría con el Sporting B, el proyecto aún se mantiene en un momento inicial, sin llegar a definir concretamente qué pasos se seguirán para llegar a cristalizar dicha idea, ya que caminos hay varios y todos están sobre la mesa ahora mismo, antes de valorar sus pros y contras.

Una de las vías pasaría por crear directamente ese segundo filial, un Sporting C, tal y como lo tiene la Real Sociedad. El conjunto donostiarra, contra cuyo filial se midió el primer equipo del Sporting el curso pasado en Segunda División, es un referente es la gestión de este modelo. Los txuri urdin tienen a su equipo principal asentado en Primera División, peleando por competir en Europa cada temporada, mientras que su filial se mantiene en la pelea por el ascenso de nuevo en Primera RFEF y su equipo C está en la misma situación en Segunda RFEF, logrando finalizar el curso pasado entre los equipos clasificados al playoff, aunque por el descenso de la Real Sociedad B no podría haber ascendido.

La otra fórmula, sin necesidad de salir del fútbol vasco, es la que aplica el Athletic Club. Su filial se encuentra en Primera RFEF, atravesando este año una situación delicada en puestos de descenso. Sin embargo, su filial no es un Athletic C al uso, aunque en la práctica actúe como tal. El segundo filial de los leones es el CD Basconia, un club con más de 100 años de historia que los rojiblancos absorbieron en 1997 y que milita actualmente en Tercera RFEF. Diferente nombre y escudo, pero parte totalmente de la estructura de los vizcaínos. Algo similar a lo que acaba de hacer el Celta de Vigo, con su filial en Primera RFEF y un "Celta C" bajo el nombre de Gran Peña, otro club ya existente del fútbol base vigués que se integró en la cantera celeste estos últimos años y que también milita en Tercera RFEF.

Estos son algunos ejemplos de cómo se puede llegar a tener ese segundo filial, algo que en el Sporting aún no estaría definido. Sin embargo, lo que sí tienen en común todos ellos, es la forma de estructurar a los talentos. Si nos fijamos en las plantillas de los jugadores que engrosan los 'equipos C', la mayoría son jóvenes de 18 - 19 años, es decir, aún en edad juvenil o como máximo en primer año sénior. Se trata de futbolistas que adelantan su ciclo y compiten ante equipos mucho más veteranos en Tercera RFEF. El siguiente paso es ir al filial, el cual comprende edades en muchos casos sub21 y como máximo hasta sub23, es decir, lo que actualmente de forma aproximada es el filial del Sporting.

La edad con la que militan estos jugadores en el segundo equipo es prácticamente la misma, pero la forma de llegar cambia radicalmente, entrando ese factor competitivo antes mencionado. Se trata de buscar un equilibrio para que los equipos juveniles no sufran en exceso, pero que ya en esos primeros pasos tras el cadete se acostumbren a competir ante futbolistas mayores que ellos, siendo ese paso por Tercera RFEF con tan solo 18-19 años un máster en este sentido para ellos. El objetivo es que lleguen más hechos a un filial cuyo objetivo sea estar, como mínimo, en Primera RFEF, suavizando el salto entre categoría y categoría y tratando de reducir el impacto del fútbol profesional cuando les toque probarse en el primer equipo, además de ser un caladero perfecto para traer ese talento extranjero que eleve la exigencia en el club, algo que va muy de la mano con la construcción de la nueva residencia. Una metodología cada vez más habitual en nuestro fútbol y que la nueva dirección de Mareo valora con buenos ojos de cara al futuro de la cantera rojiblanca. Aunque requerirá de tiempo para verlo florecer en Gijón.