Texto de análisis
24 nov 2023 . Actualizado a las 19:17 h.El trabajo continúa. No por el hecho de ir segundos en la clasificación se ha permitido ningún tipo de conformismo entre la plantilla del Real Sporting de Gijón. El cuerpo técnico, encabezado por Miguel Ángel Ramírez, sigue buscando la mejora constante tanto del equipo como de cada uno de sus jugadores de forma individual, ensayando alternativas en su plan de juego que den mayor variedad de recursos a los suyos y que puedan afrontar con más posibilidades de éxito distintos escenarios. Mejoras tanto en la fase ofensiva como en la defensiva, amén de las transiciones entre ambas, que poco a poco ya se van viendo puestas en práctica durante los partidos.
El propio Ramírez reconocía algunos ajustes que se han dado semanas atrás, focalizándose en la faceta ofensiva: «Veníamos estudiando cómo implementar cambios en la forma de atacar ya contra el Amorebieta. En ese partido ya tuvimos comportamientos distintos en nuestros mediocentros. Tenemos que intentar jugar también en profundidad, con balones más directos y descargas e ir combinando la forma de jugar». Algunos aspectos fueron claramente perceptibles en el encuentro ante la AD Alcorcón, en la que matizó su plan de inicio ya desde la elección de perfiles, con Guille Rosas en lugar de Pascanu y Gaspar Campos ocupando la mediapunta, con Fran Villalba en el lugar del canterano. Un aspecto que Ramírez y su equipo siempre analizan al detalle y que nos dan pistas para analizar estas variantes.
Salida en línea de 4 + la altura de los laterales: la elección de Rosas sobre Pascanu
La disposición con esa línea de 4 atrás bien definida supuso un ligero -pero relevante- cambio en la ocupación de espacios en salida de balón. Lo que más hemos visto, con Pascanu por el perfil diestro, es que se forme prácticamente una línea de 3 centrales, con Cote ganando altura por izquierda y Hassan bajando metros con frecuencia siendo prácticamente un carrilero en salida, ambos encargados de dar amplitud. En esta ocasión, tanto el de Roces como Guille, ambos laterales claros, se ubicaron a una baja altura para dar esa amplitud, siendo Insua y Pier los dos centrales definidos. Esto permitió que hubiera una opción más en corto para la circulación de balón, sumando más posibilidades para progresar por fuera con el primer pase con la gente por delante de balón. Esto daría sentido a lo que vendría en las líneas más adelantadas.
Misma función entre los pivotes escalonados
Justo por delante de la defensa se ubicó el doble pivote, aquí sin novedad aparente en la estructura, pero sí con unos comportamientos muy marcados. Rivera y Roque Mesa, los elegidos en esta ocasión, tienen la capacidad y el gusto por ser el primer receptor por delante de los centrales. Por la estructura habitual del Sporting con 3 atrás + carrileros resulta extraño que lleguen a ubicarse a la altura de la línea defensiva para ofrecer una vía de pase y generar una superioridad que por lo general ya existe per sé. Este comportamiento se repitió en Alcorcón, sirviendo como referencia siempre por delante de la altura del balón. Sin embargo, ambos fueron opción de primer pase ofreciendo apoyos cuando el equipo lograba circular el balón de lado a lado, debilitando y agotando la presión alfarera. La clave estuvo en el entendimiento entre ambos para que uno descendiera y el otro mantuviera la posición quedando escalonados, pues si ambos descendían lo único que provocarían sería acercar al rival y facilitar su avance en la presión, prácticamente auto desactivándose. Los dos lo interpretaron bien y pudieron canalizar el juego de los suyos.
La figura den mediapunta en lugar del segundo punta manteniendo el extremo interior
Sin embargo, el balón no siempre pasaba por los pivotes. Fue clave en la penúltima línea la gran novedad de la tarde: la conjunción entre Fran Villalba y Gaspar Campos. Pronto, muy pronto, se despejaron las dudas sobre el posicionamiento de éstos; el valenciano partiría de izquierda y Gaspi habitaría más por dentro, como venía demandando recientemente. El comportamiento de Villalba no difirió en gran medida del habitual del gijonés, si bien por perfil son jugadores con sus diferencias de base, pero sí fue clave la ubicación del canterano. Con un mediapunta mucho más marcado de lo habitual, unos metros por detrás de la posición habitual de Otero o Campuzano, cuando Fran iniciaba el movimiento hacia el pasillo interior allí estaba Gaspar, teniendo que repartirse ambos, prácticamente en paralelo, la misma altura a lo ancho. Esto multiplicó las opciones para ese pase vertical, muchas veces desde el central, directo por raso, y otras desde el lateral o el pivote, para encontrar entre líneas a cualquiera de los dos. Un pase fundamental para superar de una tacada prácticamente dos líneas de presión rival. Es una vía que el Sporting suele buscar cuando no opta por el envío más directo sobre Otero, pero que prácticamente sólo puede encontrar en la ubicación de Gaspar. En esta ocasión, hubo más opciones dentro de un nuevo matiz en el posicionamiento y la ocupación de espacios que a su vez dificulta la tarea defensiva rival.
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