«El Sporting corrige en invierno los errores del mercado de fichajes veraniego»

Dani Souto

SPORTING 1905

Gerardo García
Gerardo García Real Sporting

Texto de opinión

02 feb 2024 . Actualizado a las 12:16 h.

Dejamos atrás enero, el mes del mercado de los enfadados, que diría aquel. El momento propicio para arreglar los problemas acumulados durante los 6 primeros meses de competición. Un mercado que el Real Sporting, ubicado en la zona noble de la clasificación, en plena lucha por el ascenso, no afrontó con especiales urgencias sino todo lo contrario. Sólo un fichaje, el de Mario González, lo que para una parte de la afición rojiblanca es insuficiente, pero que en realidad sirve para cubrir la verdadera y principal carencia de la plantilla. Todo lo demás que hubiera venido lo podríamos considerar como útil, pero no imprescindible. El '9' sí lo era.

Se apostó por la continuidad. Continuidad al bloque que había permitido precisamente eso, poder estar aspirando a lo máximo después de superar el ecuador del curso. Un mercado sin soluciones de emergencia ni medidas desesperadas, aunque sí con remiendos. Y es que la dirección deportiva rojiblanca llegó a este invierno con deberes pendientes que arrastraba del verano y decisiones «impopulares» que habían salido rana, pero con la tranquilidad del buen rendimiento sobre el césped, lo que minimizó necesidades y prisas. 

En estos ritmos de mercado que tanto nos definen, siempre se quiere todo y se quiere ya. Da la sensación en una parte del sportinguismo que el mercado ha sido malo, insuficiente, que se ha dejado pasar una gran oportunidad de pelear por el ascenso desde los refuerzos. Embaucados a su vez por el habitual revanchismo del «ya lo decía yo» si la cosa no termina saliendo como todos queremos. Todo habría sido culpa del mercado. Al menos habrá ese consuelo.

Sin embargo, la gran oportunidad que tiene el club ante sí se la ha construído él mismo. Durante el pasado verano resultaba lógico que la pesadumbre reinara; se venía de dos años de penurias y angustias, y el ambiente negativo rodeaba a cada paso que se intentaba dar. Esta es la plantilla que, en ese contexto, ha generado la gran oportunidad, y no un mercado en el que lo más coherente no pasa precisamente por derribar parte de lo hecho para hacer apuestas. Apuestas que no hacen más que complementar el bloque principal. ¿Se les puede exigir más? Siempre. ¿La plantilla es mejorable? Ídem, pero no debemos perder el norte. El equipo está luchando por el ascenso cuando hace apenas 9 meses estábamos sumidos en la amargura de la permanencia como máximo botín. La memoria, cuando se quiere, es muy corta.

A mi juicio, el Sporting ha cumplido con aquello que tenía que hacer, sin estridencias. Enmendó los errores del verano, algunos de ellos con nombre y apellidos que ya no están en el club y reforzaron con un perfil idóneo la posición que había quedado pendiente hace medio año; una necesidad marcada directamente por ellos mismos que acabó con una promesa incumplida. Desconozco si con ello será suficiente para calificarlo de «sobresaliente» por los propios dirigentes, aunque viendo los antecedentes es muy posible que así sea. Volveré a estar lejos de esa valoración como lo estuve en septiembre, pero me gusta pensar más en positivo, con lo conseguido hasta el momento presente en la retina, y no auto flagelándome pensando en desenlaces que hasta junio no acertaremos a conocer.

A esta plantilla le pueden faltar detalles, como también se puede pensar que está en cierta manera descompensada, con fichas ocupadas en jugadores cuya participación está rodeada de incógnitas o posiciones más que dobladas, limitando los minutos de juego de algunos jóvenes que lo necesitan. Son aspectos que pueden marcar a la baja la nota que muchos aficionados le pongan al mercado, está bien que así sea, si bien se ha cumplido con la voluntad de un cuerpo técnico que quería precisamente mantener lo construido en el día a día. Aunque a todos nos gusten los rumores y las caras nuevas, las decisiones desde el club deben ser lo más meditadas posible.

Ellos, en definitiva, son los que tienen que acertar. Los que se juegan algo por sus decisiones. En ocasiones, da la sensación que desde fuera nos lo tomamos todo como una partida del FIFA o el Football Manager, que los contratos se rompen solos, que los acuerdos apenas son cuestión de dos clicks y que la economía se soluciona por sí misma. La realidad es mucho más compleja, por lo que hay que tener muchos factores en cuenta para poder hacer un juicio lo más justo posible. Lo que sí parece innegable es que el Sporting ha corregido este invierno los -a la postre escasos- errores del verano. Ya sin rumores ni últimas horas, todos debemos ir en la misma dirección, la del ascenso.