Texto de análisis
15 sep 2024 . Actualizado a las 23:01 h.Toca bajar de la nube. Tras la victoria en el pasado derbi asturiano, el Real Sporting sufrió una merecida -e incluso corta- derrota en su visita a Santander ante el Racing de José Alberto. El técnico asturiano sigue siendo la bestia negra de los rojiblancos, ampliando el balance a su favor con una victoria que pasó nuevamente por el tipo de partido frenético y de alto ritmo que siempre pretenden los cántabros. Analizamos en 4 claves tácticas destacadas la derrota de los de Rubén Albés desde una visión rojiblanca:
Amplios espacios interiores en transición
El Racing fue capaz de llevar a su terreno un partido en el que el planteamiento del Sporting también invitó a que se viera un juego de muchas transiciones e intentos de ida y vuelta. Algo que es identificativo de las dos ideas desde el banquillo, pero que además se verían empujados todavía más hacia ello por el mal estado del césped, que no favoreció las combinaciones. En ese contexto, tan dominado por los cántabros, los rojiblancos sufrieron para defender las transiciones ofensivas del rival, ya no en un tramo final de partido en el que se cedieron más espacios en busca del gol del empate, sino en el grueso del encuentro. La organización defensiva del Sporting en los retornos dejó demasiados espacios entre líneas, sobre todo en la zona ancha, la de sus centrocampistas. Unas distancias por dentro que favorecieron la aparición en estas jugadas de un Iñigo Vicente que comandaba cada contra con gran peligro por su capacidad para filtrar pases.
Espacios a la espalda de la línea defensiva
Repitiendo protagonista y amenaza, también en la defensa posicional el Sporting no consiguió contener los precisos pases filtrados de Iñigo Vicente, que dio hasta 4 pases clave. El futbolista vasco telegrafió cada desmarque de sus compañeros, haciéndolos buenos con envíos de mucho nivel y precisión. Raro de ver en la categoría. Motivo por el cual aún no se había destapado esa dificultad en la zaga sportinguista, que se vio vulnerable a su espalda estando ya asentados en bloque bajo. Sea por la calidad diferencial del rival o por su nivel de acierto, es un aspecto que el cuerpo técnico deberá revisar tras este partido para que no se genere una debilidad en estas acciones.
Escasa continuidad en el juego con exceso de envíos directos
Centrados ya en el aspecto con balón, la propuesta del Sporting pasó, quizás de forma excesiva, por el juego directo hacia los puntas. Si bien ya se ha visto en anteriores partidos esa voluntad de alternar entre fases de control a partir de juego asociativo y otras de más verticalidad y envíos directos, esta vez apenas hubo de lo primero, restando continuidad al juego por la dificultad para ganar este tipo de acciones y, muchas veces, por realizar estos envíos cuando no correspondía a la posición de los puntas, con pases que acababan en tierra de nadie o en zona de control del guardameta. A pesar de ser parte del plan de partido, cabe apuntar que el mal estado del césped pudo ser el principal motivo por el que se decidió dar más peso a los envíos directos y apenas se intentó salir con el balón más controlado para minimizar riesgos en las combinaciones y los controles. Y eso que aun así no se evitó cometer numerosas pérdidas en fase de inicio en jugadas claramente influidas por lo irregular del terreno.
Falta de cohesión colectiva en último tercio
A pesar de esas dificultades con balón, el Sporting también logró generar sus ocasiones y llegadas al área rival. El equipo, sin embargo, no tuvo la pausa y finura suficiente en el último tercio para acabar por traducir muchos de sus acercamientos en ocasiones, o de dotar de mayor peligro a aquellas que se tuvieron. Ya no sólo fue una cuestión de acierto individual, sino que también hubo jugadas marcadas por una evidente falta de entendimiento entre los jugadores, con movimientos sin balón que no acompañaron a las intenciones del pasador. Un aspecto que es entendible en este momento de la temporada y del proyecto y que debería corregirse con el paso del tiempo y la mayor cohesión entre los jugadores de ataque.
Los cambios
Pablo García por Cote. Sustitución obligada por la lesión del capitán rojiblanco; hombre por hombre.
Gelabert, Caicedo y Campuzano por Nacho Martín, Gaspar y Otero. Triple cambio para sumar piezas de recambio en el ataque en busca del empate. No tuvo una destacada influencia positiva el cambio de sistema, volviendo a un 4-4-2 que ya se había visto en otras fases del encuentro.
Kevin Vázquez por Guille Rosas. Cambio motivado por la cartulina amarilla del lateral, aunque por perfil no terminó de encajar con la necesidad ofensiva del equipo en los últimos minutos, aunque lo intentara.
Nota a Rubén Albés y el resto del cuerpo técnico
Insuficiente. Un partido condicionado por el mal estado del terreno de juego, pero que aun así dejó varios debe en el desarrollo de su planteamiento, desde la facilidad con la que el equipo se partía por dentro en transición a la vulnerabilidad a la espalda de la zaga o la escasa continuidad en el juego a partir de envíos directos poco precisos y complicados. Un partido en el que el Sporting se vio superado por un rival mucho más cómodo en un contexto y una propuesta que ambos quisieron plasmar, aunque con evidentes diferencias en la ejecución. La muestra de que todavía queda mucho trabajo por hacer.