«Se debe exigir a Orlegi que iguale la apuesta económica de los aficionados y de los patrocinadores con un proyecto ganador y profesional»
SPORTING 1905
Artículo de opinión
29 ene 2025 . Actualizado a las 19:46 h.Alejandro Irarragorri y David Guerra comentaron en diversas ocasiones desde su llegada a tierras asturianas que el entorno debe ser exigente y es hora de hacerlo. Se debe notar sobre el terreno de juego la apuesta económica de los abonados del Real Sporting de Gijón, que ya rozan las 23.000 butacas reservadas a precio de Primera división; de los aficionados que adquieren entradas para El Molinón - Enrique Castro 'Quini' por cantidades más elevadas de las que yo pagué por ver partidos de Champions League en Portugal; de los fans que compran cada nuevo producto de merchandising sin mirar su coste; y de las empresas que han aumentado la partida de patrocinios de forma notable desde la llegada de los máximos accionistas mexicanos.
Deben dar un paso al frente y activar los mecanismos necesarios para que la apuesta del entorno sportinguista se vea recompensada. No puede haber costes top para el entorno y un tope salarial de media tabla. Nadie exige ascender, pero sí mantener la ilusión por hacerlo en enero.
Hay dos evidencias sobre el proyecto deportivo: la primera es que la plantilla era demasiado corta, dicho por un capitán como Nacho Méndez; y la segunda, que algunos futbolistas están fuera de los planes de Rubén Albés, por lo que una escuadra ambiciosa debería reforzarse más y buscar una salida a Álex Oyón donde pueda tener más minutos de juego, así como otra para un Jordy Caicedo fuera de la rotación en este mes de enero, pese a las bajas. Y sí, es cierto que estos jugadores son los mismos que hace unas semanas estaban en ascenso, el problema de una plantilla corta, y más reducida si cabe en efectivos por la falta de confianza en algunos nombres, llega cuando sopla un poco de viento en contra y la ropa tendida sale volando. Era una planificación cogida con pinzas y ha salido mal lo que podía fallar.
Todos sabemos que Orlegi compró un club endeudado y supone un hándicap a la hora de competir contra otras escuadras de Segunda división, así como siempre habrá 3 equipos de la categoría que llegan 'dopados' económicamente por las ayudas al descenso que otorga LaLiga. La única solución pasa por reestructurar de algún modo la deuda a muy largo plazo, o bien meter a un socio inversor que directamente la liquide para no lastrar el presupuesto deportivo.
También es habitual recordar el elevado coste estructural del club, algo tan innegable como la necesidad de hacerla más eficiente. Parafraseando a los propios ejecutivos, hacer más con menos. De alguna manera lo están haciendo los rivales del Sporting. Y con esto no me refiero a reducciones salariales ni a trabajar fuera de su horario, dos de las quejas del sindicato de sus empleados, hablo sobre la necesidad de disfrutar de los mejores profesionales en cada departamento y tener la capacidad de retenerlos, porque en los últimos dos años y medio han sido habituales las salidas de empleados desde los despachos y en la parcela deportiva por motivos personales, algo falla cuando esto ocurre.
Por otro lado, el Sporting Atlético va camino de un nuevo año sin ascender de forma directa y el problema no es que no tenga visos de poder pelearlo ante el filial del Real Oviedo y contra equipos amateur, es más preocupante que teniendo una plantilla tan corta en el primer equipo no haya ningún nombre que llame con fuerza a la puerta de Albés.
La excelencia en la cantera sigue lejos de llegar, al igual que las esperadas jóvenes promesas de la nueva residencia de la Escuela de Fútbol de Mareo. Cuando se inauguró la instalación se habló desde el club de convenios ya avanzados con clubes de Estados Unidos, Colombia, Ecuador y Uruguay, unos pactos que por ahora no han aparecido, mientras los del Santos Laguna, el Atlas y el América de México han sido muy poco productivos hasta la fecha, con nombres que no mejoran el talento asturiano y en algunas ocasiones ni lo igualan. No obstante, rectificar es de sabios y fue un acierto cancelar el programa de pago del Sporting C, mientras las estancias de pago para la tecnificación de jugadores que no afectan al día a día de la cantera parece estar funcionando. Está bien arriesgarse a tomar decisiones y también tener la capacidad de corregirlas, eso es lo que se pide, iniciativa y movimiento para dar con la tecla.
Por último, se antoja escasa y pobre la reacción de Orlegi ante el terrible patinazo del caso Pedro. Por más que la opción preferencial del Espanyol estuviera escondida en la letra pequeña del traspaso de Víctor Campuzano, algún responsable habrá de no haberla respetado. Al igual que alguien tiene que ser el encargado de evitar la venta de un futbolista a una escuadra morosa.
Todo el entorno sportinguista ha dado un paso al frente en estos años y por todos estos motivos, Orlegi también debe darlo hacia la profesionalización, la inversión y la excelencia prometida. En caso contrario, la cuerda puede tensarse en exceso y hasta romperse.
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