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La comarca Oscos-Eo reúne en su territorio todos los atractivos que se le atribuyen a Asturias: paisajes de montaña y de costa con encanto, cultura y gastronomía. Escaparse a este territorio es encontrarse con espacios de extraordinaria belleza, donde el murmullo del agua y la vegetación son siempre protagonistas, y echar la mirada al pasado, a las costumbres y usos de otras épocas que se conservan como si el tiempo se hubiera detenido.

Paisajes y rutas

Uno de los grandes atractivos de la comarca Oscos-Eo, la más occidental de Asturias, es su variada naturaleza. Los amantes del senderismo pueden disfrutar de rutas de toda condición:

En la costa, la que une los pueblos de Figueras y Castropol, dos villas marineras situadas en la ría del Eo con un encanto extraordinario.

Tierra adentro, las que dan acceso a las cascadas del Cioyo, en Castropol; A Seimeira, en Santa Eulalia de Oscos; Morlongo, en Villanueva de Oscos, y A Salgueira, en Taramundi, espacios idílicos a los que se accede por senderos cómodos y muy atractivos. Esta última forma parte de la Ruta del Agua, donde el caminante, además de los paisajes naturales, disfrutará también del patrimonio etnográfico. Otra ruta con mucho contenido etnográfico es la del Forcón de los Ríos, en Santa Eulalia de Oscos.

Por otra parte, la comarca, debido a su situación fronteriza con Galicia, ha sido uno de los lugares del paso del Camino de Santiago, y la huella de esta ruta cultural ha quedado en los concejos de Castropol, San Tirso de Abres y Vegadeo.

En esta última localidad hay una ruta especialmente atractiva y peculiar: la llamada Ruta del Estraperlo, un recorrido fuera de los caminos habituales que utilizaron en su día los estraperlistas para intercambiar clandestinamente productos entre Asturias y Galicia.

Etnografía y artesanía

La comarca Oscos-Eo se esfuerza desde hace muchos años en conservar vivo su patrimonio etnográfico, y uno de los oficios que más huella ha dejado en la zona es el del ferreiro. Hay dos espacios relacionados con esta actividad que el visitante no se puede perder:

Os Teixois, en Taramundi. Es una pequeña aldea en la que funcionan ingenios hidráulicos que fueron de uso común en otros tiempos. Este conjunto etnográfico ha sido declarado Bien de Interés Cultural. El caserío, además de las casas y construcciones auxiliares, cuenta con un mazo, un molino, una rueda de afilar, una pequeña central eléctrica y un batán.

El Conjunto Etnográfico de Mazonovo, en Santa Eulalia de Oscos. Se trata de una ferrería rehabilitada para trabajar el hierro, y su gran atractivo está en que se conserva sin apenas modificaciones respecto a como funcionaba en su día. Cuenta con mazo, barquines y un sistema hidráulico muy llamativo que incluye la canalización del agua del río.

Por otra parte, hay varios museos relacionados con la actividad etnográfica, artesana e industrial: El Museo de los Molinos de Mazonovo, en Taramundi, que cuenta con 18 molinos; el Museo de la Cuchillería, que alberga la navaja más grande del mundo; el Ecomuseo del Pan, en Villanueva de Oscos, que muestra todo el ciclo de elaboración del pan, desde la siembra hasta el acabado final, y el Museo Casa Natal Marqués de Sargadelos, en Santa Eulalia de Oscos, dedicado a este comerciante e industrial que construyó en la provincia de Lugo una de las primeras fábricas de fundición de hierro colado y loza de España. Uno de los atractivos del museo es que organiza numerosos talleres para niños y adultos.

También se ofrecen visitas a talleres de fabricación de cuchillos y navajas, así como a talleres textiles, otra de las especialidades de la comarca.

Turismo activo

La amplia variedad de paisajes de la comarca ofrece innumerables posibilidades de acción. Uno de los espacios más atractivos en este sentido es la playa de Penarronda, en Castropol, que se ha convertido en un paraíso para los surfistas. Dada su extensión, de 600 metros de longitud, y su exposición al viento, genera unas olas que se han demostrado óptimas para la práctica del surf, y la visitan amantes de este deporte llegados de todas partes. Asimismo, la playa tiene un importante atractivo ecológico. Declarada Monumento Natural en 2002, alberga una especie que no se da en otras partes del litoral cantábrico, y es una zona de nidificación del ostrero euroasiático, un ave limícola que elige el territorio peninsular para sus migraciones. Además, la playa cuenta con dunas que acogen una flora variada.

Por otra parte, el visitante puede disfrutar de rutas en canoa por el río Eo entre San Tirso de Abres, Castropol y Vegadeo, y también de pasear a caballo por las tierras de la comarca.

Gastronomía

Al ser una tierra de mar y montaña, la comarca cuenta con una gastronomía muy variada. Entre sus productos con más atractivo están las ostras de la ría del Eo, de extraordinaria calidad, que son muy apreciadas por quienes se acercan a estas tierras.

Además de los productos que nunca faltan en la cocina asturiana, como la fabada, la carne guisada o los productos de caza, la comarca cuenta con platos autóctonos de gran calidad y personalidad. Los relacionados con la matanza están entre sus productos más atractivos: bótelos, longanizas, chorizos o jamones, y especialmente «os roixois» o chicharrones, un plato a base de carne y grasa de cerdo que requiere una elaboración muy trabajosa y que se ha convertido en uno de los imprescindibles de la temporada de otoño-invierno, la única en la que se produce.

Para los amantes de los productos de la huerta, el producto estrella es el caldo de nabizas (las hojas tiernas del nabo),y destaca la calidad de los arándanos cultivados en la zona.

La comarca de Oscos-Eo está formada por los municipios de San Martín de Oscos, San Tirso de Abres, Santa Eulalia de Oscos, Taramundi, Vegadeo y Villanueva de Oscos, y es una de las siete Reservas de la Biosfera de Asturias, la única que tiene costa. Asimismo, tiene a gala haber sido pionera del turismo rural en España. El pequeño pueblo de Taramundi fue, hace ya varias décadas, punta de lanza de una forma de vida que ayudó a recuperar la vida de pueblos en declive, dándoles un nuevo valor y un nuevo horizonte. Aquel modo de ver las cosas y aquella iniciativa se han extendido a todo el territorio, y el visitante lo nota. Es imposible no contagiarse de ese espíritu que mezcla innovación y visión de futuro con un respeto profundo a la naturaleza y al pasado.

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