Bajo Nalón: donde nuestro mayor río se encuentra con el mar

Una escapada al Bajo Nalón nos da la oportunidad de asomarnos a un entorno privilegiado, en el que conviven en armonía las huellas de la monarquía asturiana con las de la actividad minera o la pesca, donde el mar y el río ofrecen actividades de todo tipo para el ocio y que es además territorio señero de la pesca de angula y también de la producción de kiwis.

Paisajes y escenarios naturales

El río Nalón, en su último tramo, vertebra fértiles valles antes de asomarse al mar, y brinda en su entorno paisajes de gran belleza y diversidad, muy propicios para recorrer caminando. De hecho, la comarca del Bajo Nalón es territorio de caminantes desde hace siglos. Por sus tierras discurre el trazado costero del Camino de Santiago. Se pueden, asimismo, disfrutar las vistas de la Senda de los Miradores de Muros de Nalón, una ruta costera que comienza en San Esteban, en la desembocadura del río Nalón, con la capilla de Espíritu Santo como gran protagonista, y concluye en la Playa de Aguilar, uno de los arenales con más tirón de Asturias debido  a su belleza y a que es un enclave perfecto para fondear embarcaciones de recreo y practicar buceo y surf.

Otra ruta con interés cultural, es Muros de Nalón: un escenario de cine. La belleza y singularidad de los paisajes de la comarca ha llamado la atención de numerosos directores de cine, que quisieron localizar en ellos muchas de las escenas de sus películas. En estos paisajes se rodaron a lo largo del siglo pasado escenas de las películas «José», «Bajo las nieblas de Asturias», «Trece onzas de oro», «Con la vida hicieron fuego», «El Cristo del océano», «Tan cerca, tan lejos», «Mar Brava» y «Volver a empezar», esta última, dirigida por José Luis Garci y galardonada con el Óscar a la mejor película de habla no inglesa en 1983.

También son un aliciente para el caminante los pintorescos embarcaderos del río Nalón en Soto del Barco, o la Senda Carbonera en San Esteban, que permite asomarse a los paisajes del pasado minero de la zona, caminando entre tolvas y cargaderos, testimonios de una extinta vocación de puerto industrial, o por el paseo marítimo.

Y un paisaje que no deja indiferente es el de la Playa de los Quebrantos, un espacio ideal para pasear, para el surf y la pesca, conectada al Playón de Bayas -arenal compartido por el concejo de Castrillón-. Unidas, forman el arenal más largo de Asturias, casi cuatro kilómetros. Allí mismo, el Mirador del Pozaco permite unas vistas privilegiadas sobre el mar y el valle.

La huella de la historia

La comarca del Bajo Nalón tiene huellas romanas, fue territorio de reyes y también hogar de indianos, emigrantes que encontraron fortuna en América y que a su regreso edificaron casonas, palacios y distintas infraestructuras civiles. En sus villas podemos encontrar numerosos vestigios de este pasado señorial.

En Pravia es muy patente la huella regia. Fue en esta villa donde, en el siglo octavo, el rey Silo estableció su corte. Este monarca hizo construir el templo de Santianes, que sigue siendo un notable ejemplo del prerrománico asturiano.  Posteriormente, fueron los indianos quienes engrandecieron la comarca con sus casas y villas, que se conservan en todo su esplendor en la propia villa de Pravia, el pueblo de Somao, en Peñaullán o en San Esteban.

San Esteban, asimismo, ha preservado en su territorio las huellas de un pasado industrial que lo llevó a ser el primer puerto carbonero de España, manteniendo cargaderos y grúas que han sido restauradas. El puerto sigue vivo hoy en día, pero su actividad es pesquera y deportiva. El atractivo de San Esteban y de toda la comarca atrajo a esta tierra a artistas como Rubén Darío o Joaquín Sorolla.

Las huellas del pasado se aprecian también en Soto del Barco, municipio en el que están ubicados los pueblos de El Castillu, con torre medieval y embarcadero antiguo, y Riberas que alberga una notable arquitectura indiana. Y en la capital de este municipio se puede apreciar la arquitectura del siglo XVIII y las hermosas vistas del Palacio de la Magdalena, y el arte modernista del salón-teatro Clarín.

Por su parte, en destacan la actual Plaza del Marqués fue construida en el siglo XVI en el lugar que ocupaban las antiguas edificaciones defensivas y desde entonces hasta hoy alberga un mercado que se celebra todos los sábados. Podemos admirar otras construcciones como el Palacio de Valdecarzana y Villahermoso, construido en el siglo XV, o las murallas del Palacio del Marqués de Muros.

L’Arena, que pertenece al municipio de Soto del Barco, mantiene viva su tradición pesquera y marinera, en el puerto pesquero y deportivo, el paseo marítimo, donde está ubicada una estatua en homenaje a Rubén Darío, el Centro de Interpretación Puerta del Mar o la Rula de L’Arena, donde se comercializa la angula, su producto más preciado.

Actividades, aventura y visitas culturales

Además de caminar por las rutas y paseos fluviales y marítimos y asomarnos a los miradores, la comarca nos ofrece la posibilidad de practicar numerosas actividades. Podemos bañarnos en las piscinas de agua salada en San Esteban, justo en la desembocadura del río Nalón; podemos hacer surf en las escuelas de las playas del Aguilar o Los Quebrantos, practicar el buceo, el kayak de mar, o el paddle surf, y realizar actividades náuticas como la navegación a vela.

Podemos, asimismo, visitar El Rincón de las Aves, un núcleo zoológico situado en Santianes, en Pravia, que cuenta también con un museo del prerrománico en la localidad, y en ese mismo municipio, las pinturas del siglo XVII de la iglesia románica de San Miguel, en Luerces.

Gastronomía

La ría le da a la comarca del Bajo Nalón el que sin duda es su producto estrella: la angula, que se pesca hoy todavía con las formas de siempre, de forma artesanal. En la lonja de L'Arena se subasta el producto cada temporada, entre los meses de noviembre y febrero. Y en marzo se celebra en esta localidad el Festival de la Angula, una cita ineludible para los amantes de este manjar. Tanta raigambre tiene esta pesca en la zona que la noche de Nochebuena, en vez de Papá Noel, llega a esta zona cada año L’Anguleru, un personaje llegado de la mar que les da los regalos a los niños.

Por otra parte, el río convierte a la comarca en uno de los valles más fértiles de Asturias, lo que lo ha convertido en una prolífica huerta, especialmente en un producto que ya se ha convertido en una de sus señas de identidad: el kiwi. Esta fruta originaria de China que ha tenido en Nueva Zelanda uno de sus principales productores, se ha asentado en la comarca de tal manera que ha cambiado sus paisajes con extensas plantaciones de un kiwi que tiene una fama extraordinaria por su calidad. También se dan muy bien los arándanos y los productos de la huerta de los que Pravia hace gala en una exposición regional que se celebra todos los años a finales de agosto.

En cuanto a los platos típicos de la zona, que se sirven en las mesas de las casas y los restaurantes, no faltan la fabada y el pote asturiano. Las ganaderías de la zona proporcionan carne de ternera asturiana y quesos, famosos por su alta calidad, y tampoco faltan los productos del mar como el pixín (rape), la lubina, el pescado de roca, los percebes y los oricios (erizos de mar). Y, por supuesto, las angulas.

En cuanto a los postres, el dulce típico de la comarca es la bollina, que se puede elaborar de diversas formas y que en una de sus recetas más populares lleva relleno de nuez. La localidad de Riberas celebra cada año el día de San Blas el Festival de la Bollina, con notable éxito de participación.

La comarca del Bajo Nalón, formada por los concejos de Muros de Nalón, Pravia y Soto del Barco, aúna en su territorio la tradición industrial, indiana, minera, rural y marinera, un abanico de atractivos y una diversidad que beben del pasado y el presente y miran al futuro en torno al río más largo de Asturias.

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