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La comarca del Oriente de Asturias es un territorio de contrastes. En la tierra asturiana donde primero se ve el sol, están las montañas de más altitud de la cordillera Cantábrica los Picos de Europa; la bravura del mar ha esculpido acantilados y abierto playas de un encanto muy difícil de igualar; todo en una tierra que atesora manifestaciones culturales desde los albores de la humanidad.

Naturaleza

Una de las grandes singularidades del Oriente de Asturias es la cercanía de la montaña y el mar. En este territorio se encuentran las cotas más altas de la cordillera cantábrica: los Picos de Europa, primer Parque Nacional de España y espacio declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO. Un espacio natural con una importante impronta humana de mano de una cultura de pastoreo responsable de algunos de los manjares más netamente asturianos como los quesos Cabrales o Gamonéu.

En este espacio se encuentran la cubre más alta, Torrecerredo, y la más mítica, el Picu Urriellu. Los Picos de Europa son tres macizos en un ecosistema único donde hay decenas de rutas para hacer y de hitos para conseguir. Es el segundo macizo calizo más importante del mundo después del Himalaya y el que tiene más menosmiles —simas de mil metros o más de profundidad— explorados de todo el planeta.

Hayedo - Bosque de Peloño
Hayedo - Bosque de Peloño Juanjo Arrojo

Tan solo las sierras del Cuera y del Sueve separan el macizo de Picos de Europa de la costa, situándose prácticamente sobre ésta a modo de grandes balcones asomados al mar y a la alta montaña-. El Sueve es, además, el gran espacio dedicado al asturcón, la raza equina autóctona que cada verano es el centro de una fiesta declarada de interés turístico nacional en la majada de Espineres. 

Pero Picos de Europa no es el único espacio natural con reconocimiento internacional. El oriente también acoge el Parque Natural de Ponga, reconocido como Reserva de la Biosfera por la UNESCO. Aquí nos encontramos con el Bosque de Peloño, calificado de reserva natural parcial, sus casi 15 kilómetros cuadrados lo convierten en uno de hayedos mejor considerados en España en una formación que también acoge otras especies como robles, acebos o enebros.

El frente litoral de la comarca está marcado por su base caliza y por la fuerza del mar Cantábrico, responsables de un fenómeno natural muy llamativo: los bufones. Son cavidades rocosas por las que se cuela el mar y que, cuando las mareas son vivas y la mar está brava, producen un fuerte rugido y un efecto de surtidor o géiser de agua salada que se levanta metros y metros en el aire. Si bien hay bufones a lo largo de toda la costa, hay lugares con concentración de estos fenómenos como en Pría, Arenillas o Santiuste.

Playa de Gulpiyuri
Playa de Gulpiyuri Mampiris

La naturaleza caprichosa ha favorecido el nacimiento de las playas muy singulares, entre las que Gulpiyuri cuenta con una merecida fama como playa interior, sin tiene contacto directo con el mar, que se cuela por debajo de la gran pared caliza que separa el arenal del mar abierto.

Costa y montañas, pero también los paisajes dibujados por sus ríos con el Sella y el Cares-Deva como grandes protagonistas. Desfiladeros como el de Los Beyos o rutas como la del Cares representan algunos de los paisajes más espectaculares labrados por cursos fluviales sobre la roca caliza.

Cultura, historia, villas y lugares

Cascada río Infierno
Cascada río Infierno Mampiris

La comarca del Oriente de Asturias mira desde el presente a un pasado muy remoto, y la impronta que ha dejado el paso del ser humano desde hace miles de años sigue aún viva en cuatro cuevas con arte paleolítico declaradas Patrimonio de la Humanidad: Covaciella (Cabrales), Tito Bustillo (Ribadesella), Llonín (Peñamellera Alta), y El Pindal (Ribadedeva), todas ellas con un entorno natural privilegiado.  Y no solo la huella humana es evidente, también las de los dinosaurios. En lugares como los acantilados de Tereñes (Ribadesella) podemos encontrar las impresiones de huellas de estos seres sobre la roca.

También aquí se forjó el origen del reino de Asturias, con la Batalla de Covadonga como hito fundacional. Desde hace siglos, el espacio donde se produjo lo ocupa el Real Sitio de Covadonga, erigido uno de los más importantes santuarios marianos; un lugar privilegiado que visitan cada año miles de personas por su gran valor histórico, su carga espiritual y la extraordinaria belleza de su entorno.

El oriente de Asturias es una tierra repleta de historia, y en la que en la impronta indiana ha tenido una gran relevancia. Así se evidencia en todo su territorio y se rememora especialmente en Colombres con un archivo y museo consagrado al fenómeno indiano y que acoge una de las casonas más imponentes de todo el norte peninsular.

Pero si hay algo que está en el ADN de esta comarca son sus villas y sus pueblos. Todas sus localidades evocan espacios llenos de historia, tradiciones y leyendas. Ahí están las villas marineras de Llanes y Ribadesella con sus imponentes cascos históricos, capitales como Cangas de Onís o Arriondas…. la Comarca está colmada de localidades llenas de encanto que han sabido preservar su arquitectura y sus costumbres. Nombres que nos hablan de la mejor tradición rural como Sotres, Bulnes, Gamonéu, San Xuan de Beleño, Cofiño, Benia, Alevia, Sames, Espinaréu , Asiegu, Caravia, Pimiango o Porrúa, localidad esta última donde se encuentra el Museo Etnográfico del Oriente de Asturias.

Actividades

Cueva de maduración de queso Gamonéu
Cueva de maduración de queso Gamonéu Turismo AsturiasPelayo Lacazette

La comarca ofrece un amplísimo abanico de actividades deportivas y de ocio. En primer lugar, sus playas, además de sorprender por su gran belleza y diversidad y ofrecer durante el verano baños frescos y paseos relajantes (hay desde calas diminutas hasta amplios arenales a lo largo de 70 kilómetros de costa), son aptas todo el año para la práctica de deportes como el surf, el paddle-surf, la natación, la navegación en kayak o a vela y un largo etcétera.

Por otra parte, la ribera de sus ríos más señeros es también un hervidero de actividad. En el Piloña-Sella se pueden actividades de todo tipo, como la canoa, el rafting, la pesca o el descenso de cañones. Además, cada año, en el mes de agosto, se celebra un acontecimiento deportivo de resonancia mundial: el Descenso Internacional del Río Sella, nuestra Fiesta de les Piragües, porque no es solo un evento deportivo y festivo al que acuden cada año miles de personas y que las empresas que jalonan el Sella permiten replicar a lo largo de todo el año.

Y la cuenca del río Cares se convierte cada año en uno de los reclamos más poderosos de la montaña asturiana, con una de las sendas más populares que existen en esta tierra. La ruta más afamada de un territorio hecho para recorrer a pie o en bicicleta: no hace falta recordar que aquí se encuentran grandes hitos ciclistas como le ascenso de Lagos de Covadonga.

Playa de La Franca
Playa de La Franca Noé Baranda

Desde la escalada al Picu Urriellu al ascenso al Picu Pienzu en el concejo de Parres, la Senda del Arcediano , en Amieva,  la Olla de San Vicente del río Dobra, en Cangas de Onís, o los Acantilados de Pimiango , en Ribadedeva o el itinerario costero del Camino de Santiago. Una tierra inagotable para descubrir paso a paso.

Gastronomía

Las características del terreno y el clima ha propiciado el desarrollo de una cultura de pastoreo que se mantiene viva y hace posible favorece la elaboración de las joyas de la gastronomía de la comarca: los quesos. En este territorio se elaboran dos quesos artesanos con Denominación de Origen Protegida cuya calidad se reconoce en todo el mundo: el Cabrales y el Gamonéu, en torno al que existen una ruta donde no solo es posible saborear el queso sino también disfrutar de los hermosos enclaves en los que se elabora. 

Otro queso de referencia de la comarca es el de Los Beyos, elaborado en los municipios de Ponga y Amieva, que cuenta con Indicación Geográfica Protegida.

Hay varios certámenes en los que se puede disfrutar de estos quesos: el de Los Beyos se en San Xuan de Beleño, y los del Cabrales y el Gamonéu, celebrados respectivamente en Arenas (Cabrales) y Benia (Onís), han sido además declarados Fiesta de Interés Turístico Nacional.

Por su parte, la villa de Cangas de Onís reúne estos tres quesos artesanos cada 12 de octubre en el Certamen de los quesos de los Picos de Europa.

Hay, además del queso, otros productos muy arraigados con la naturaleza. Es el caso de la avellana, un fruto muy preciado que se produce y se mima especialmente en Piloña. En la capital de este concejo, L´Infiestu, se celebra el primer domingo de octubre el Festival de la Avellana, que es además una defensa fervorosa de la cultura rural, la producción sostenible y la artesanía.

La ganadería extensiva que se practica en el Oriente otorga a su vacuno calidad extraordinaria. Asimismo, el mar Cantábrico ofrece pescado y marisco de excepcional: lubina, xáragu (jargo), pixín (rape), centollos o bogavantes están entre sus productos más preciados. Y los ríos, gracias a la calidad y la fuerza de sus aguas, ofrecen también frutos más preciados como la trucha y el salmón, teniendo este último en el Sella uno de sus grandes santuarios. 

Estos son algunos de los productos que conforman la gran despensa de la comarca que es la base de un recetario típicamente asturiano como la fabada (que en Llanes puede ir acompañado de pantruque, una especie de bollo elaborado con harina de maíz) , el pote, los tortos o la borona preñada, los platos elaborados con las setas que abundan en sus espacios naturales, y los postres como los fayuelos o frixuelos, el arroz con leche y les casadielles.

Trece concejos componen la comarca más oriental de Asturias: Amieva, Cabrales, Cangas de Onís, Caravia, Llanes, Onís, Parres, Peñamellera Alta, Peñamellera Baja, Piloña, Ponga, Ribadedeva y Ribadesella.

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