Una visión de Asturias desde la movilidad y la ordenación sostenibles

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Bosque de Moal Turismo de Asturias

La región se está convirtiendo en un paraje singular por su degradación, su alta contaminación y, sobre todo, su abandono en ciertos ámbitos

14 jun 2018 . Actualizado a las 22:56 h.

Asturias, Paraíso Natural. Seña de identidad y marca indeleble de sus paisajes, su gastronomía, sus gentes y su proyección exterior. Sin embargo, Asturias, cada vez en mayor medida, se está convirtiendo en un paraje singular por su degradación, su alta contaminación y, sobre todo, su abandono en ciertos ámbitos. De este modo se resquebraja esa imagen asociada al marketing.

Asturias, en los próximos años, tiene que enfrentarse a retos completamente nuevos en su historia. La población disminuye y envejece, la robotización y la globalización obligan a cambiar el modelo productivo, el cambio climático y la necesaria descarbonización de nuestra economía tendrán también una enorme influencia en nuestras vidas. Al mismo tiempo, la llegada de inmigrantes desde culturas muy diferentes hará nuestra sociedad más diversa, más rica culturalmente, pero nos obligará también a redefinir nuestra identidad. Esa nueva identidad tiene que tener también en cuenta el papel de la mujer, que, en el mundo tradicional, sufrió la discriminación y la violencia y que, en el siglo XXI, quiere y debe ser la protagonista de los cambios.

 Es el momento de pensar qué Asturias queremos, cómo queremos ordenar nuestro territorio, cómo queremos movernos, buscando el respeto a los géneros, a la vida y trabajando por la mayor igualdad e integración social.

No podemos obviar la conexión con la naturaleza que nos rodea y la necesidad de respetarla, conservarla y recuperarla, y para ello hay que atajar los daños ambientales, caminando hacia un modelo que respete la inserción de una ocupación y movilidad dentro del territorio de forma equitativa.

Es en este último punto, donde queremos detenernos. En ese sentido, EQUO Asturies considera prioritario el revisar, en primer lugar, la ordenación ambiental existente en Asturias. Disponemos de un PORNA (Plan de Ordenación de los Recursos Naturales) ya antiguo, del año 1994, que precisa urgente revisión, como instrumento previo que condicione una ordenación territorial adecuada. Solo tras una correcta delimitación y definición de nuestros recursos naturales podremos eleaborar un futuro respetuoso con ellos. Tras ello deberemos revisar las Directrices de Ordenación Territorial que son del año 1991.

Es importante que tengamos una visión conjunta de Asturias que incluya las alas y que dentro de esa visión de conjunto desarrollemos la ordenación del área central, implicando a los ayuntamientos y revisando qué municipios queremos que estén dentro de esa área y qué políticas implementaremos para los que se queden fuera.  Y dentro de esta ordenación deberíamos preguntarnos si es la hora de repensar nuestro mapa de concejos.

Esa ordenación del territorio debe ir acompañada de una idea clara de cómo queremos que sea la movilidad en nuestro país, con propuestas serias y realizables que vertebren el territorio a través de una red de trasporte público eficaz y completa. El uso masivo del coche privado y el deterioro progresivo de la red de cercanías y la histórica FEVE, supone un problema de contaminación atmosférica, pero también un abandono de la zona rural y de las alas, pues el vehículo privado penaliza a las personas mayores, a las personas dependientes y las de menor poder adquisitivo, en especial a las mujeres.

Las obras para dotar de líneas de alta velocidad a la variante de Pajares son un ejemplo de las cosas mal hechas. En esto, como en el soterramiento en Gijón y Langreo, ha funcionado más lanzar eslóganes que pensar sobre lo que queremos. En realidad, lo único que se pensó en serio fue empezar las obras para dar negocio a los de siempre. No se tomó suficientemente en serio la necesidad de contar con buenos estudios geológicos, de impacto ambiental y de utilización real de las infraestructuras.

Llevar el ferrocarril hasta el aeropuerto, invertir para no tener averías, retrasos y cancelaciones cada dos por tres, es una prioridad. Para ello hay que cuidar y potenciar la red ferroviaria asturiana, pensando, por ejemplo, cómo es posible que no tengamos un tren directo entre Gijón y Avilés.

Pero el transporte público no es sólo el tren. Las alas y las zonas rurales necesitan un servicio de autobús eficaz y eso obliga a repensar toda la estructura tradicional de líneas de autobús. La movilidad rural con personas de movilidad reducida, no puede limitarse a un autobús urbano que pasa una vez al día por la carretera general. La movilidad rural sostenible tiene que pasar por la búsqueda de algo que se acerque al transporte a demanda, la búsqueda de nodos de confluencia con el ferrocarril o con líneas de autobús de larga distancia, etc. No es un problema de recursos, sino también de voluntad política.

Sólo cuando estos pasos previos se hayan culminado dentro de la legalidad, con la debida participación pública, podremos abordar cualquier otra herramienta territorial. En todo caso, la movilidad entre nuestros principales núcleos debe diseñarse, como igualmente la comunicación en las urbes, bajo criterios sostenibles y avanzados. Es necesario facilitar la vida a la gente, con sistemas integrados de transporte económico.

Resulta una vergüenza histórica el fracaso de los planeamientos urbanos locales por la mezcla de intereses espurios e incompetencia, además de localismos innecesarios. Debemos tener en cuenta que los retos a los que nos enfrentamos no se pueden conseguir sólo desde las instituciones, sino que exigen conciencia y participación ciudadana. 

EQUO Asturies quiere construir un verdadero paraíso natural; uno en el que la gente se sienta orgullosa de tener lobos y osos, que proteja y trabaje sus montes, que defienda su educación, cultura y tradición, que ponga a sus empresas a la vanguardia de la transición ecológica, y que defienda el derecho de una persona, sea dependiente o no, a vivir dignamente en cualquier concejo de Asturias, sea zona rural o urbana, sea el centro o las alas.

El futuro será verde o no será. Para estos nuevos tiempos, necesitamos respuestas políticas nuevas.

*Olga Alvarez y Nacho González son coportavoces de Equo Asturies