El gato de la abuela, una historia sobrenatural en Mieres

La Voz REDACCIÓN

VIRAL

F. Sotomonte

La cuenta de Twitter @laura_pcaball ha relatado cómo afectó al animal el fallecimiento de la mujer, a la que fue fiel más allá de la vida

11 jul 2022 . Actualizado a las 12:45 h.

Dicen que el perro es el mejor amigo del hombre pero los gatos, a su manera, también pueden serlo y muestran fidelidad. Son muchas las culturas en las que los gatos son considerados seres sobrenaturales que sirven de nexo entre dos mundos. La historia relatada por la cuenta de Twitter @laura:pcaball ha emocionado a los usuarios de las redes sociales por la amistad fiel del animal hasta después de la muerte con la que fue su dueña. El hilo ha recibido más de 36 mil me gustas. 

La abuela de la narradora se quedó viuda a los 54 años y, para combatir la soledad, comenzó a tener gatos. El último, protagonista de la historia, Pedrito, un gato negro a la cual define como «muy arisco» al que solo su abuela podía tocar, no se dejaba con nadie más. Su abuela, en esos momentos de 92 años, había ingresado en el Hospital Álvarez Buylla de Mieres y le pidió a su nieta que, mientras tanto, cuidase de su querido amigo. 

La usuaria cuenta que se desplazó varias veces, a petición de su abuela, a darle la comida, cambiarle el agua y limpiar el arenero pero en ninguno de esos viajes se cruzó con el gato. Supongo que se escondía de mí, pero me encontraba vacíos los boles de comida y agua y eso me bastaba, explica la usuaria en redes. Su abuela le preguntaba diariamente cómo estaba el gato y ella respondía que bien, a pesar de que éste se escondía y no le permitía que le viera. 

En sus últimos días de vida, su abuela pidió que le dejasen volver a su casa para morir allí. La usuaria cuenta que se instaló en su casa con ella y entonces sí que vió al gato, que pasaba la mayor parte del tiempo en la cama de su abuela, a sus pies, pero a ella no le permitía ni acercarse. 

La mujer estaba muy preocupada por lo que sería de su gato, Pedrito. Le pidió a su nieta que se ocupase de él. «Ya le he explicado todo a Pedrito. Quiero que te lo quedes tú». Ella pensaba cumplir su deseo. Sin embargo, lamentaba, el gato nunca querría vivir con ella «jamás».

Tras el fallecimiento de la abuela y su funeral, la nieta siguió acudiendo al domicilio a dar comida, cambiar el agua y limpiar el arenero del gato, pero no había ni rastro de él. Una semana después, la nieta pasó por el cementerio y se encontró al gato sobre la tumba de su abuela. «Por un momento pensé que me había vuelto loca, que deliraba como aquel día mi abuela aquel último día, me escuché dirigiéndome al gato: Pedrito, ¿qué haces aquí? No te explico todo la abuela antes de irse. ¡Venga, baja, que te vienes conmigo!».

La nieta explica que, desde entonces, la relación con el gato es muy íntima. «Le cuento todo». Hay días que el gato desaparece pero sabe donde encontrarlo: en la tumba de su abuela. Le recuerda las últimas palabras de la mujer, su deseo de que Pedrito viviese con su nieta, y regresa a casa. Porque la amistad fiel de los animales con sus dueños dura para siempre. 

El epílogo es que no se trata de una historia real, sino novelada, un «cuento» aunque con gato Pedrito que sí existe de verdad.