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La base de maquillaje es el pilar de cualquier look o, dicho de otro modo, el lienzo sobre el que construirás tu propio estilo. Sin embargo, elegir la correcta no siempre es fácil, ya que el mercado ofrece una gran variedad de opciones. Para asegurarte de dar con la acertada, es imprescindible que conozcas las características de tu piel y que tengas en cuenta los trucos que te facilitamos a continuación.

Identifica tu tipo de piel

No puedes ponerte a comparar bases de maquillaje sin entender cuál es tu tipo de piel. ¿El motivo? Te ayudará a determinar la textura y la fórmula que mejor se ajustan a ti y que mejor te funcionarán a lo largo del día, tanto si usas la base de maquillaje para salir de fiesta con tus amigas como si te la aplicas para ir radiante a la universidad. En este sentido, lo primero que has de saber es que existen tres tipos de piel:

Piel seca o deshidratada

Si este es tu caso, necesitas una base con alto contenido de ingredientes hidratantes y un acabado luminoso. Por ejemplo, las texturas en stick cremosas o líquidas con aceites naturales son excelentes, puesto que impiden que se marquen las zonas secas.

Piel grasa

Si este es tu tipo de piel, apuesta por bases de maquillaje con fórmulas sin aceites y acabados mate. Las texturas en polvo o líquidas con control de brillo (las reconocerás porque lucen la etiqueta mattifying) son las más recomendables. Absorberán el exceso de sebo y prevendrán que el maquillaje se desvanezca o cuartee.

Piel mixta o normal

Este tipo de piel tiene la ventaja de que te permite elegir la base que prefieras, ya que casi cualquier fórmula te vendrá bien. Nuestro consejo es que, para mantener tu piel equilibrada y saludable, optes siempre por bases líquidas o cremosas con acabados naturales.

Además, si tienes la piel sensible por cualquier razón (sin importar cuál sea tu tipo), asegúrate de comprar una base hipoalergénica, sin fragancias y, si es posible, con filtros solares minerales para prevenir irritaciones.

Cómo elegir el tono de la base de maquillaje

Llegados a este punto, ya sabes cómo elegir tu nueva base de maquillaje y la textura que mejor te viene según tu tipo de piel. Sin embargo, todavía no hemos hablado del tono de la base, que es igual de importante. Por suerte, hay un truco infalible para no lucir el temido efecto máscara.

Dicho truco consiste en averiguar el subtono de tu piel, lo cual puedes saber simplemente con mirar las venas de tu muñeca. ¿Lucen azuladas o moradas? Entonces, tienes un subtono frío, por lo que deberás buscar bases de maquillaje con matices rosados o rojos. En cambio, si se aprecian verdes, tu subtono es cálido, por lo que te vendrán mejor los matices amarillos y dorados. En caso de que no estés segura o que el color se mezcle, apuesta por los subtonos neutros, que son los más equilibrados.

De todos modos, después de dilucidar este punto, te aconsejamos que pruebes. ¡Pero no en la muñeca! El tono de la piel del rostro es diferente al del cuerpo. Nuestra recomendación es que te apliques la base de maquillaje a lo largo de la línea de la mandíbula y que te mires al espejo. Eso sí, es fundamental que la luz sea natural, no artificial.

Si el tono se funde por completo con tu piel y no deja bordes visibles, entonces es que has acertado. ¿A que no es tan difícil? Ya solo te queda fijarte un presupuesto y comprar la mejor base de maquillaje según los criterios que te acabamos de proporcionar. En Primor encontrarás ofertas espectaculares, hechas a la medida de tu bolsillo.