Marineros de toda la comarca se encomiendan a su patrona en un año de dificultades para el sector de la pesca Los trabajadores del mar sacaron ayer a navegar a su patrona por toda la ría. Para los marineros de fe fue algo más que un paseo de cortesía. Y es que muchos de ellos aún viven esperando el milagro. No el de los panes y los peces, sino el de la renovación del acuerdo de pesca con Marruecos, el de una buena campaña sin restricciones en Argentina o el final de los siniestros mortales en aguas del Gran Sol. Los más afortunados, los que todavía tienen trabajo y pueden salir a faenar, más que milagros, lo que pidieron fue una tregua para el castigado mundo del mar: «Ni más rico ni más pobre, virgencita, virgencita, que me quede como estoy».
REDACCIÓN