Los motivos fueron la falta de acuerdo en Europa sobre el rescate a Grecia y el hecho de que Italia no pudiese colocar los 5.000 millones de euros que pretendía en sus subastas de letras.
La agencia de calificación asegura que la nueva calificación refleja la ausencia de un nuevo programa de la UE y del FMI plenamente financiado y creíble.
La agencia valora de forma negativa las «dificultades» del Gobierno nipón para establecer y alcanzar un objetivo «creíble» de reducción del déficit público.
La agencia justifica su decisión en «los desafíos que afronta el país en la aplicación de radicales reformas fiscales y estructurales, necesarias para asegurar la solvencia del Estado».