Eduardo Souto de Moura, arquitecto de la Escuela de Oporto Destierro. La condena nace de los labios de Eduardo Souto de Moura, uno de los más geniales arquitectos de la Península, y va dirigida contra el desordenado crecimiento urbanístico de la Galicia rural. «Hay que proteger el paisaje gallego de la dispersión geográfica; de los chalés que destrozan el entorno, construidos al libre albedrío: es necesario concentrar a la gente en las urbes, y éstas deben crecer en altura», sentencia. Tras su rostro, una fachada del Atlántico protegida por el cristal de sus gafas, una convicción: Galicia y Portugal, urbanísticamente hablando, están hermanadas por el caos.
JUAN R. GÓMEZ-ALLER