El primer caso se detectó en el estado de Indiana, en un niño menor de 5 años que enfermó a finales de julio después de haber estado con otra persona que sí había tenido contacto directo con cerdos.
La epidemia aparecida en Alemania acentúa el protagonismo de los laboratorios de microbiología para encontrar soluciones a una enfermedad de la que aún se desconoce su origen.