Esto se anima. Afortunadamente los hechos objetivos, cuando afectan directamente, suscitan reacciones encendidas, muy plausibles, siempre, claro está, que puedan generalizarse. Por el contrario, si se trata de problemas de carácter personal o familiar, el razonamiento surge muy condicionado, sin perjuicio de que todos podamos compartirlo -fuera de toda duda- poniéndonos en el lugar del afectado. Estas precisiones nos las dicta únicamente el deseo de hacer comprender a quienes se sienten dolidos, que los periodistas, salvo las excepciones punibles de cualquier profesion, no nos dedicamos a la caza de nadie, ni aun del escándalo por el escándalo. Los tópicos tienen, cierto, algún fundamento, pero no aplicados indiscriminadamente.
ARTURO LEZCANO