Cientos de vecinos asistieron a los bailes de disfraces organizados en Xove, para pequeños y adultos, que siguieron a la sesión de cine Una india con la cara cubierta por un pañuelo de vaquero camina por la acera, de la mano de Charlot. A pocos metros, una pandilla intercambia golosinas. Ellos llevan el pelo verde y una larga cola de león. Ellas soportan una enorme joroba y lucen un cuerno en la frente. El Carnaval está en las calles de A Mariña. Hay escenas insólitas, sólo admisibles en este tiempo de locura y desinhibición. La fiesta pagana abarrotó anoche los establecimientos mariñanos. El disfraz es un elemento fundamental de integración. Quienes optan por la careta habitual son víctimas de las bromas, no siempre de buen gusto, de los que se ocultan.