Ganó el Premio Nacional de Jóvenes Diseñadores en el 2007 y de las pasarelas ahora se ha pasado a producir trajes para natación sincronizada. «La parte creativa de la moda se ha perdido», lamenta
Kristina Blahnik, al frente del imperio del calzado que fundó su tío, saborea el éxito de poder entrar en el mercado del gigante asiático tras 22 años de ardua batalla legal