Hace 25 años, la familia Kienhuis se enamoró de la capital arousana y estableció su segunda residencia en la mansión de A Concha que el arquitecto Antonio Palacios diseñó en 1900
Hijo único, se crio en Fornelos con sus abuelos mientras sus progenitores trabajaban duro en Baleares: «Era un chaval maravilloso», dice con emoción su padre