Un gag del cómico disfrazado como uno de los Na'vi, los alienígenas del filme «Avatar», de James Cameron, fue el momento que más risas arrancó en la gala de los Óscar, que fue lenta y en momentos, tediosa.
El mejor embajador posible del cine español, trabajador incansable y agradecido, ha sabido adaptarse a la idiosincrasia de la industria estadounidense.