11 jun 2002
Canido preferiría conservar el viejo depósito pero se resigna a demolerlo
El edificio fue levantado en los años 20 junto con el resto de instalaciones de la traída del Belelle Resignación. Ésa es la palabra que mejor describe el sentir de los vecinos de Canido tras confirmarse el derribo del viejo depósito de agua. Hace treinta años que no cumple la función para la que fue construido en los años 20, se siguió utilizando después como sede vecinal, pero últimamente, abandonado, el edificio era visto sólo como un peligro, dada la constante caída de cascotes. La idea de restaurarlo rondó la cabeza de vecinos y munícipes, pero el estado actual sólo aconseja una cosa: demoler.
E.D.