Pretenden evitar así que se repitan casos como los que salieron a la luz en los últimos 25 años, en los que se han registrado más de 450 casos de pederastia por parte de religiosos y 13 suicidios de víctimas.
Acusan a los responsables del Vaticano de «haber tolerado y hacer posible el camuflaje sistemático y extenso de violaciones y crímenes sexuales contra niños en el mundo entero».